MALA NOCHE

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Enviado el , clasificado en Terror / miedo
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El oscuro lamento de los ladridos anunciaba que la noche sería interminable. Hugo y Yesi permanecen inmóviles, palidecidos, casi gélidos de miedo al escuchar desde la ventana el escalofriante concierto perruno.

Yesi, ¿estás despierta?

      -¡siiii! Hugo, pero voy a dormir, mañana tenemos que levantarnos temprano.

      -Deberíamos ir al cuarto de mamá, digo, para que no duerma sola.

       -¡Aja¡ lo sabía, tienes miedo Hugo, que cobarde eres.

       -¡yo, noooo para nada, solo decía nada más!

Sin embargo ninguno de los dos lograba conciliar el tan anhelado sueño. Ambos tienen miedo aunque ellos no lo admitan, siente que poco a poco se van contagiando de la impenitente cobardía, el más insignificante ruido es para ellos como si un espanto estuviera a punto de aparecer.

De repente una figura fantasmagórica se cuela por el armario, otro espectro gigantesco se asoma por la ventana. Los niños se cubren hasta la cabeza con la cobija, ninguno habla, no se atreven ni a exhalar, los crujidos en la ventana provocan en ellos un sobresalto simultaneo, casi que sincronizado, sus gritos fueron ahogados como si les hubiesen pasado el botón de apagado.

Entre susurro se llaman entre sí, pero están tan asustado que tiemblan como majarete recién hecho, no se atreven ni a mirar. Debajo de las sabanas Hugo se atreve a decir- ¡llamemos a mamá!

       -Ok, pero ¿quién de nosotros va a buscarla?- le replica Yesi.

Así permanecen largo tiempo prisioneros de aquellos espantos y ruidos infernales, sin poder salir o gritar por ayuda.

Una mano delgada descubre uno de los niños y le quita la cobija de la cabeza.

       -¡Aaaaaah! Ambos gritan.

        -¡hey ¡ niños que les pasa, acaso se han vuelto locos.

A unísonos exclaman – mamiiii!- La besan y abrazan con regocijo casi la derriban al suelo.

       -Ya mis niños, ya está bien, igualmente los amo.

        -Vamos a levantarse y prepararse que se les hace tarde para ir a la escuela.

Mientras su mama sale de la habitación, Hugo y Yesi observan cada rincón del mismo en busca de los espantos que los mantuvieron acechados toda la noche, el armario que estaba con las puertas abierta de par en par solo tenía ropa y la toalla de yesi encima en una de las puertas, en la ventana se podía ver el árbol de onoto con sus inmensas ramas que asemeja a un gigante con muchos brazos. Todos había sido producto del miedo.

Hugo y Yesi suspiraron y prometieron no ver más películas de terror, bueno siempre y cuando no sea tan espeluznante y con las luces encendidas.

 


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