Disfrutando con ella P-V

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 –Por ahí no mijo nunca ha entrado nada solo es de salida.

- Reí un poco y le dije estas equivocada también es una entrada, a un placer que al parecer para ti es desconocido, pero como sentía mi orgasmo ya muy cercas decidí dejarlo para más tarde por lo que retome el ritmo frenético y escuche decir a mi tía ya no puedo más fue entonces cuando ella acallo un gran grito con ayuda de una de las almohadas de su cama y sin más yo me deje ir inundando su coño con mi leche. Una vez se recompuso un poco, saque mi pene aun chorreante de la mezcla de nuestros fluidos, se giró y comenzó a limpiarlo con gran maestría.

- Que delicia mijo esta riquísimo, te quisiera tener dentro de mi todos los días.

 –Así será tía mientras yo esté aquí no te volverá a faltar verga.

 –Gracias mijo pero será nuestro secreto.

 –No te preocupes de nada que yo no diré nada, pero ese culito será solo mío y debes prometer que nunca se lo darás a nadie que no sea yo y que tampoco degustaras otra verga que no sea la mía, ni siquiera la de mi tío.

–Así será mijo este culito solo será para ti, y no te apures nunca me había comido una verga solo había practicado con los dildos, una vez se lo intente hacer a tu tío pero me retiro diciendo que le dolía. Algo más que quiera amo? Sonrió.

 – Si tengo una petición más de hoy en delante usaras tangas, no te quiero ver con cacheteros, y será igual en la semana que este mi tío pero esta vez no le darás ni un polvo, en cambio buscaras cada oportunidad para tener sexo, o una simple masturbada mientras el este aquí.

–Jajá que cabrón resultaste pero me pone. Tendremos que volver a la tienda de lencería ya que no tengo suficientes tangas jeje.

En la totalidad de la casa se percibía un aroma a sexo y la cama estaba muy mojada de los fluidos de ambos, pero esto no nos importó y nos recostamos un momento a ver la tv. Yo totalmente desnudo y ella ya solo portaba la tanga húmeda. Platicábamos y reíamos entonces ella se levantó para dirigirse a la cocina, no pude evitar mirar como desaparecía esa tanga entre sus nalgas lo cual me excita mucho. Mi pene comenzó a erguirse nuevamente cuando ella regreso solo pude ver que se había quitado la tanga cuando me beso, mientras me besaba me pidió cerrara los ojos lo hice coloco su húmeda tanga en mi nariz, y escuchaba un pequeño ruido, después sentí como se montaba encima de mí, pidió que me deslizara un poco más hacia abajo.

-Ya puedes abrir los ojos, aquí tienes tu postre.

Al mirar se había cubierto el coño con crema batida y me lo había puesto justo en mi boca, rio y voltio de reojo a mi pene el cual ya estaba listo sin pensarlo me tomo por la nuca y me restregó la crema batida por toda la boca, la saboreé y comencé nuevamente a practicarle sexo oral, como pude me la quite de encima la volteé quedando a mi alcance su ano, tome la crema batida y le esparcí un poco alrededor de él, con mi lengua se la quitaba y aprovechaba para introducirla un poco, de pronto ella estaba dejándose hacer con mi mano izquierda le exprimía las tetas, con la derecha me ayudaba para abrir sus nalgas y poder besar, lamer y penetrar con la lengua su ano.

Le recorría toda la raya desde su ano hasta su clítoris, ella gemía nuevamente de placer,   me separe un poco y esta vez con ambas manos le separaba las nalgas, con mi mano izquierda comencé a acariciarle el clítoris y a meterle dos dedos en su coño. Con la derecha comencé a introducir uno de mis dedos lentamente, ella respingo un poco, pero cuidaba de poner bastante saliva para que lubricara, de vez en cuando llevaba sus fluidos vaginales hasta su ano y así fue un rato hasta que mi dedo índice comenzó a entrar y salir fácilmente, aprovechaba para hacerle movimientos circulares, pero la necesitaba más excitada pues no quería perder el momento por adelantarme así que saque mis dedos de su coño y los lleve a su ano introduciendo el índice y el dedo medio, note que le incomodo por su movimiento.

Así que apunte mi pene a su coño y lo penetre de una sola estocada, se retorció de placer al sentir todo mi pene dentro olvidando que en su ano estaban dos de mis dedos de intrusos, entonces la fui penetrando lentamente con mi pene en su coño y en su ano cambie por mi pulgar el cual ya entraba fácilmente hasta la mitad. Ella gritaba de placer pidiéndome más, así, que le saque el dedo, le escupí y volví a introducírselo lentamente pero este vez no pare hasta que estaba totalmente adentro, espere un poco a que se acostumbrara a este intruso, notaba un poco de dolor en ella así que nuevamente escupí y comencé a moverme lentamente sacando y metiendo lentamente mi pene y mi dedo.

Podía sentir como el ano se dilataba permitiendo que la penetración fuera más fácil y note como mi tía pasaba del dolor al placer, ahora gemía, y me pedía que acelerara mis movimientos, lo hice después de un momento sentí como su ano ya no mostraba resistencia a mi dedo, por un momento pensé en tomar uno de sus dildos para seguir dilatándolo, pero yo quería sentir como mi pene era el que terminaba de romper ese agujero que aun después de 40 años se encontraba virgen.

Fue entonces cuando saque mi pene de su coño y se miraba bien lubricado debido a los fluidos que mi tía estaba produciendo, entonces nuevamente le escupí en el ano a mi tía y apunte mi pene a su agujerito.

-Eso no va a entrar ahí no chingues mijo, no compares tu dedo con el tamaño de tu pene.

–Shhh relájate no pienses y le di una buena abofeteada en su cachete el cual nuevamente se puso rojo como hacia un rato, además recuerda que prometiste que sería mío.


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