Los vecinos (Mi primer orgía)

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Tengo prisa, llego tarde a una reunión, presiono varias veces con impaciencia el botón del ascensor, como si fuera a venir mas rápido por eso, por fin llega, se abren las puertas y dentro hay  una atractiva pareja, que se colocan las ropas apresuradamente, me subo un poco incómoda, pero saludo, -buenos días-
-buenos días- contestan al unísono, con una sonrisilla pícara. -sois los nuevos del décimo- ¿verdad? Pregunté, si, dijo ella, -me llamo Celeste, y este es mi marido Alfredo,-  -encantada- yo soy Esmeralda,- fuimos juntos hasta el parking del edificio, nos despedimos y les ofrecí mi ayuda para lo que necesitaran, por otro lado Celeste me dijo: esta noche haremos una pequeña fiesta en nuestra casa,- ¿vienes? No puedo, hoy, mi novio y yo celebramos nuestro aniversario, Pero tal vez en otra ocasión...

De acuerdo monada, dijo Celeste, con lo que a mi me pareció percibir en ella una mirada lasciva. Me marché de allí pensando que seguramente eran imaginaciones mías.


Son las 22:00 horas, estoy emocionada, hace mucho que Santiago y yo no salimos en plan romántico, desde que lo ascendieron, no tiene tiempo para nosotros, se han acabado las cenas románticas, las tardes de paseo, las largas conversaciones, las visitas juntos a los centros comerciales, y lo que es peor, siempre está demasiado cansado para hacer el amor.
Consulto el reloj una vez más, marca las 22:30, comienzo a impacientarme, voy al baño por enésima vez, me retoco el carmín, me estiro el vestido, un vestido ajustado, corto y muy sexi que compré especialmente para la ocasión, porque hoy no es noche para reproches, hoy pienso beber buen vino y hacer apasionadamente el amor con mi chico, -¡Dios que ganas tengo de follar!- exclamé para mi misma, -no puedo seguir a dos velas- le dije sonriendo al espejo.
23:00 horas, suena el teléfono, -¡lo siento cariño!- se me ha complicado el día y tengo que quedarme hasta tarde!-

Me dejo caer en la cama decepcionada, se me inundan los ojos, me tiembla el pulso de rabia, creo que tiene una aventura, así que después de un largo rato lamentándome, me seco las lágrimas y decidida a divertirme, me voy a casa de los nuevos vecinos.
Llamo al timbre, abre Celeste, -¡Alfredo! mira quien está aquí, el bomboncito del tercero- todos los invitados miraron hacia la entrada, desplegué una sonrisa encantadora y entré, -¿y tu aniversario?- preguntó Celeste, mi novio es un capullo, me ha dado plantón.

Apareció Alfredo con un par de copas y nos las entregó, -para las dos chicas más bellas de la fiesta,- me la bebí de un trago y pedí otra, despacio nena, dijo Celeste, -ven te presento a nuestros amigos, entre ellos había un chico tremendamente guapo que llamó mi atención, este es Jorge, es bombero- ¿se nota verdad? Dijo guiñándole un ojo para después dejarnos solos.
Mantuvimos una conversación animada, además de guapo y cachitas, inteligente y divertido, pensé.

No se cuantas copas bebí, pero cuando me desperté tenía un dolor de cabeza terrible, abrí los ojos despacio porque el sol que entraba por la ventana me deslumbraba, y cuando terminé de abrirlos me di cuenta que no era mi habitación, me giré a la derecha y vi a Jorge a mí lado, di un salto del susto en la cama, tuve que taparme la boca para no gritar, ¡oh Dios! -que he hecho, pero mi estupor fue aún mayor, cuando vi a Celeste a mi izquierda.

Me levanté despacio y delicadamente, para no despertar a nadie, y para poder salir huyendo de allí, recogí mi ropa del suelo y salí de puntillas, pero cuando atravesaba el salón, paré en seco, Alfredo estaba allí sentado haciéndose una paja, mientras veía un vídeo casero, dirigí la vista al televisor y los ojos se me desorbitaron con lo que estaban viendo, en el vídeo estaba yo, haciéndole una mamada a Jorge, mientras Celeste me comía el coño, ¡ay madre! No podía moverme del sitio, me quedé mirando el vídeo paralizada, mientras Alfredo se masturbaba, en las siguientes imágenes, Jorge puso a cuatro patas a Celeste y la embistió enérgicamente con su enorme miembro viril, ah! Ah! Ah! Gritaba y jadeaba Celeste, después de un rato de follársela, me penetró a mi, con la misma energía e intensidad que se lo hizo a ella, a través de la tele me oí a mi misma gritando ¡oh si!, fóllame, fóllame, de repente, quien estaba grabando soltó la cámara y entró en escena, ¡Alfredo!.
Jorge me entregó a Alfredo que también estaba bien dotado, y yo me dejé hacer, dejé que aquellos hombres me follaran, me comieran el sexo y me estrujaran los pechos, mejor dicho que hicieran conmigo lo que quisieran, por la expresión de mi rostro, pude ver en el vídeo que disfrutaba, que me lo estaba pasando tremendamente bien. Dejé por un momento a los chicos para dedicarme a Celeste, le comí el coñito, le chupe las tetas como si llevara haciéndolo toda la vida, también vi que mientras Celeste y yo estábamos en la faena los hombres se masturbaban observándonos, dejé a Celeste para nuevamente ponerme a cuatro patas y ofrecerle mi sexo a Jorge y Alfredo. Jorge volvió a embestirme apasionadamente, mientras el me penetraba, yo le lamia el chochito a Celeste que se encontraba tumbada en la cama y ella a la vez le chupaba la polla a su marido, que se encontraba encima de su cara, aquello era un barullo de lenguas, piernas, brazos, pechos protuberantes y enormes penes.  no me podía creer lo que estaba viendo, sencillamente  no reconocía  aquella mujer ávida de sexo  y lujuriosa, no me podía creer que estuviera  participando tan ricamente en esa  orgía!

No me acordaba de nada, pero lo más espectacular de todo es que me estaba poniendo cachonda viendo el vídeo y no solo eso, me excitaba ver a Alfredo recrearse con lo vivido esa noche, sin embargo la cabeza me daba vueltas, me decía que esa no era yo, en un segundo me inventé mil excusas, tranquila Esmeralda, ha sido por el alcohol, o tal vez por algún tipo de droga, me decía a mi misma, que vecinos mas raros... Alfredo se percató de mi presencia, me miró lascivamente y vino hacia mi, pero no le di tiempo a llegar porque salí corriendo de allí, no sin pocas ganas pero con sentimientos encontrados, porque la verdad es que estaba cachonda y con gusto me hubiera follado nuevamente a Alfredo.

 


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