Un molino, como vivienda de niños

Para los jóvenes y los niños que lo ignoren: les digo, que desde los años 70 hacía atrás, en las zonas rurales de Galicia; existían unos molinos, que molían con la fuerza que les producía el agua de los ríos y a ellos se llevaba a moler el grano para consumo de los animales y a veces para comer las mismas personas. (Aunque para consumo de las habitantes, existían en algunos pueblos, otros molinos especiales, que nosotros les llamábamos Maquías, en los que la harina era mejor para hacer el pan y para otras utilidades) No obstante, en los años 70 esos molinos dejaron de usarse, porque la gente compró molinos eléctricos y cada uno de los vecinos los instaló en sus respectivas casas, de esa manera todo el mundo molía en su casa el grano de maíz para sus animales y ganó en comodidad.

Con ello, los viejos molinos, que anteriormente eran tan aprovechados por los vecinos, quedaron abandonados a su suerte (creo que ahora, alguno de ellos está declarado como un bien cultural) y muchas veces servían para jugar los niños de entonces.

Así, en una ocasión, unos niños se les metió en la cabeza, de que tenían que preparar uno, para ser su casa y para él, comenzaron a llevar algunos muebles viejos y otra clase de útiles necesarios en cualquier vivienda normal. A este capricho, sus padres y hermanos mayores, les decían que no les iba a servir de nada, porque pronto se iban a cansar de todo aquello. Sin embargo era tanta su ilusión, que no hacían caso a nadie y en cuanto tuvieron donde dormir, allí se quedaron la primera noche, aunque ni una noche entera aguantaron en el molino, porque estar allí era muy incómodo y al poco tiempo volvieron para sus casas.