Alicia y una perrita

Yendo caminando un día por una calle, Alicia encontró a una perrita de color blanco y hambrienta. Pero más bien el color parecía ser marrón oscuro, por lo sucia que está estaba. Así la niña desde el primer momento se dio cuenta, de que la perrita estaba abandonada y sin pensárselo mucho la cogió en su brazos, para llevársela a su casa sin saber lo que dirían sus padres, pues ellos ya tenían otro perro parecido a ella.

Cuando a la casa llegó, allí no estaba el perro que tenían. Por lo que ella se dio cuenta, de que su madre se lo llevaría a pasear. De esa manera, cogió una bañera de plástico la medió de agua templada: en ella metió la perrita y con champú de su perro se puso a lavarla, estando en ello, llegó su madre de pasear a su perro y a la niña le preguntó, que era lo que estaba haciendo, al mismo tiempo que la saco de encima de la perrita, diciéndole de quien era y como era que la tenía allí en la casa. 

Alicia le contó a su madre todo lo que había ocurrido y la madre al principio no sabía lo que hacer. Pero luego se puso a terminar de lavar a la perrita, que también le dio mucha lástima y después de secarla le dieron de comer y de beber que lo hizo con avidez. El problema era lo que diría su marido cuando llegara del trabajo. Pues la niña y la madre con ella se querían quedar, para que le hiciera compañía a su perrito caniche.

Cuando vino el padre de la niña, aunque al principio quedó sorprendido. Aceptó quedársela y la pusieron de nombre Encontrada, si es que no aparecía el dueño, pues al ser de la misma raza de su perro, hasta podían hacer una buena pareja, para un día tener cachorritos. Que al pasar cierto tiempo, fue lo que sucedió y el antiguo dueño nunca apareció.