El Ángel Que Lloraba Entre Cubos De Basura 2

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Otro recuerdo, de los rumores que corrían acerca de cierto profesor que abusaba de alumnas. Se decía que lo habían procesado una vez por una denuncia, pero además era director del colegio y era amigo de algunos altos cargos del ayuntamiento. La chica aquella había sido expulsada y no se volvió a saber de ella. Así que esta compañera había huido del horror de los abusos.

            -Era verdad…

            Ella asintió en silencio

            -No era la única. De otros cursos también había, cuatro más. Todas tenían miedo. Yo ya no podía más, y creía que esta era la forma de escapar y de ayudar.

            Él sintió rabia. ¿Por qué sucedían esas cosas?

            -¡No creo en vosotros! –le gritó-. ¡No hacéis nada! ¡Estamos indefensos!

            Ella asintió otra vez y volvió a llorar. Él se arrepintió un poco de haberle gritado.

            -Una de las chicas ha podido escapar. Estuve en sus sueños y le mostré una playa. Allí tiene familia. Ahora está con sus abuelos y estudiará en el instituto de allí.

            No se había sentido demasiado bien por aquello. Ella estaba a salvo, pero había más y él seguía impune.

            -Tan sólo una… -sollozó sintiéndose tan impotente como cuando había intentado ayudar a las demás o que lo castigaran a él.

            Él volvió a ponerle una mano en el hombro. No es que no quisieran ayudar. La abrazó y durante un rato estuvieron así, hasta que ella se dio cuenta de que la abrazaba y rechazó el abrazo suavemente.

            -No, no me lo merezco.

            El muchacho creyó que era por lo que le había gritado.

            -Es que, la verdadera razón por la que lloraba… era que no pude salvarte.

            La miró a los ojos sorprendido, sus ojos se acercaron hasta que le pareció que entraba en ellos y el azul se convertía un blanco que lo llenaba todo. El llanto de ella se transformó en voces y el blanco en rostros. Estaba tumbado en una camilla. Su madre y sus hermanas estaban junto a él. También había dos personas a las que no conocía, vestidos con batas blancas.

            -Está despertando. Démosle tiempo.

            -¡Mi hijo! –Exclamó su madre acercándose a su cama-. ¿Estás bien, mi vida?

            Había lágrimas en sus ojos y surcos en su cara. Le temblaban los labios. Oyó a sus hermanas llorar y le pareció ver que se abrazaban.

            Quiso hablar pero le pesaba la lengua y tenía la boca seca. Probó a mover una mano y se sorprendió al verla aparecer ante él. Su madre la cogió cariñosamente y con la otra le acarició el pelo.

            -Ya pasó todo.

            Le explicaron que sus compañeros de clase le habían dado una paliza. Lo habían encontrado tirado en el callejón donde la habían encontrado a ella. Llevaba en coma algo más de un mes y creían que se iba a morir.

            -Ella dijo… que no había podido salvarme…

            -¿Ella? –Preguntó su madre. Sus hermanas lo miraban con los rostros surcados de lágrimas, sin poder creerse que estaba vivo. El muchacho miró a su madre.

            -La compañera que se suicidó. Era un ángel.

            Su madre sonrió cuando el médico le susurró “efectos de la medicación y del coma”. Le dio un beso en la frente.

            -Sólo ha sido un sueño.

            Los médicos hicieron a su madre aparatarse a un lado y empezaron a hacerle preguntas y pruebas. Le pareció ver un destello blanco en la ventana. Miró y vio a la chica ángel sonriéndole sentada en el alfeizar.


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