SINOPSIS APOCALÍPTICA

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Son casi tres meses con este maldito insomnio…Mi vida ante los ojos de los demás es muy normal y de hecho existen quienes me dicen que soy un afortunado y que debiera ser un agradecido de la vida por lo que tengo, sin embargo, a veces siento una falsa envidia de ese estúpido optimismo mediocre de alegrarse con tan poco, aunque tal vez sea ahí donde radica la fuente o la génesis de la felicidad, en la imbecilidad, en fin, tal vez este montón de mierda que pienso y siento debe ser producto de mi enfermedad que silente me ataca y consume mis ganas de vivir y mi espíritu altivo y perseverante de antaño.

Mi maldita enfermedad se ha incrementado por una serie de situaciones e imágenes surrealistas que se ha presentado ante mi en forma aterradora y grotesca, y que han distorsionado aun mas mi ya inestable estado emocional y sentimental.

Quizás sean estas escalofriantes sinopsis las que me impiden dormir y que poco a poco han ido derribando mi ser.

Mientras tanto y en forma paralela a mi orate mundo interior, mi normal mundo exterior empieza a ser corroído por mi cada vez más incipiente y aparente locura.

Cada vez me es más difícil establecer una relación social con mis compañeros de trabajo, la cual se deterioraban cada vez más, y mi círculo familiar mas cercano parecía cada vez más lejano, y ni hablar de lo que respecta a una relación de pareja, Soledad, la única mujer a la que he amado en mi vida, -que irónico su nombre, considerando mi constante estado- es un amor imposible por su maldito estado civil.

Un día, Daniel, la única persona que he considerado un amigo, en una noche de Ron me  dijo: “Román, eres un masoquista imbécil, tienes que desintoxicar tu puta vida de esas mierdas de cuestionamientos existencialistas…”, yo me burlé socarronamente de su borracho y trasnochado consejo, aunque claramente esta burla obedecía a una coraza, ya que sabía que tenía razón, ya que tengo claro que la felicidad está en vivir como un simio ciego, mediocre y obediente.

Aun cuando después de mis burlas Daniel, dejó de tocar el tema, no pude dejar de pensar en que sus palabras radicaban en sus buenas intenciones hacia mí y a la vez en su ignorancia de los demonios que estaban perturbando mi mente.

Las oníricas, y terroríficas imágenes, que evocaban traumas de mi niñez, y situaciones trágicas de personas conocidas y desconocidas, casi como una premonición,  atormentaban mi existencia, llevándome a cuestionarme seriamente mis niveles de cordura, inicialmente solo aparecían entrelazándose con mis escasos sueños, sin embargo, cuando estás imágenes comenzaron a hacerse mas frecuentes y empezaron a sucederse cuando yo estaba despierto…Ahí empezó a complicarse todo, ya que mi concepción de realidad se estaba distorsionando y fusionando con las sinopsis de una realidad alternativa en la cual todo giraba en torno a los miedos y aberraciones de las cuáles están sujetas los más oscuros callejones de las almas humanas.

Hoy debería de haber sido un día “Normal” dentro de mi extraña rutina, sin embargo, este amanecer era distinto, se percibía una sensación de que algo casi apocalíptico sucedería, casi podía respirarse la tragedia, la mañana estaba fría y oscura como nunca, el cielo y el sol, estaban cubiertos por unas lúgubres nubes que se ciernen sobre el mundo, mi mundo exterior, que ahora se estaba confundiendo con mi mundo interior en una fusión desgraciada.

Cuando iba camino a mi trabajo -atrasado para variar-, no podía dejar de percibir ese inusitado clima, la gente lucía atemorizada y a la vez ofensiva, quizás por que al igual que yo sentían en el aire de que no sería un día como todos,

A estas alturas yo ya no distinguía si lo que estaba viviendo era una mis cagadas de visiones, un sueño, una pesadilla o efectivamente era la realidad.

Los perros ladraban y aullaban  en una mezcla de llanto amargo y triste, el mar lucía sospechosamente muy calmo, si alguna vez me imaginé el día en que todo acabaría, esto lo superó creces…

Pensaba en el taxi, en este penitente trayecto a mi rutina laboral, sobre que haría en este día si hoy fuera el último día, divagaba acerca de lo que había echo durante mi desequilibrada vida llena de contraste y emociones intensas, no dejaba de pensar en Soledad y en la noche que habíamos pasado juntos el día anterior.

Esa noche me llamó a mi maltrecho celular, necesitaba decirme algo importante, y claro, yo enamorado, acepté el encuentro, masoquista e imbécil me acicalé como nunca, inconcientemente, como si fuese a ser nuestro ultimo encuentro,-quería que fuera inolvidable y que se reenamorara de mi-sin embargo, la vida nunca deja de sorprendernos…

Nos juntamos en el lugar de siempre, ahí estábamos los dos, entre las sombras, ocultando algo tan bello y tan puro, en ese clandestino sucucho de mierda que contrastaba total y absolutamente con lo hermoso de nuestro amor, bueno a estas alturas, de mi amor.

Yo estaba emocionado de volver a estar con ella después de un largo distanciamiento, la miraba obnubilado por su belleza, ella a su vez, llegó distinta, lucía bella, pero sus ojos estaban sumidos en una profunda pena, al vernos, quería  decirle algo, pero no sabía que, y en ese instante, algo casi animal nos atrajo y nos besamos, fundiéndonos en un apasionado abrazo, nos acariciamos con tanto deseo y lujuria que nuestras ropas fueran casi destruidas por nuestras manos, nos entregamos al nirvana de estar juntos y ser uno por ese sublime momento, el clímax alcanzado por los movimiento de cada centímetro de nuestros cuerpos fue sencillamente divino.

Luego de hacer el amor, nos abrazamos fuertemente, y ella empezó a llorar a caudales, un manantial de dolor brotaba de sus ojos….Desesperado por no saber, ni entender que pasaba, la empecé a acariciar tierna y torpemente para tratar de calmarla y que me dijera que le ocurría, y entonces me dijo lo que jamás hubiese querido escuchar:

“Román, mañana me voy del país, mi madre que vive en Francia hizo los contactos necesarios con su pareja para que el, pueda trabaja allá….”siguió hablando y deshaciéndose en explicaciones y palabras de buena crianza, sin embrago yo ya no estaba ahí, mi corazón estaba destruido, de mis ojos caían verdaderas cataratas de sufrimiento, frustración e impotencia, mi cuerpo no respondía, solo la miraba sin verla, y la escuchaba sin oír, quería destruir todo, empezando  por mi, pero fue tan grande el impacto que no reaccionaba, schockeado  aun, sentí sus manos en mi pétreo y mojado rostro, acariciaba mi cabeza, recorriendo con sus dedos mi cabello…No entendía nada, por un momento llegué a pensar que todo era una mis visiones, o un mal sueño… Al volver en mi, ella ya no estaba, fui a mirar la hora para ir a mi casa, eran las tres de la madrugada, y tenía un mensaje de texto de Soledad en mi celular que decía: “Siempre te llevaré conmigo…”.

 

 

 

 

 

CONTINUARÁ…


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