Fiesta familiar en un Pueblo donde fui feliz (parte1)

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Nuevamente mis papás se habían salido con la suya, y ahí estaba yo en esa pequeña ciudad que anteriormente me encantaba visitar pero con el paso del tiempo le había perdido el interés, ahora me parecía aburrida. Estábamos ahí de visita por un evento familiar, y ya sabía lo que pasaría, mis papás beberían hasta hacer el ridículo y luego a soportarles la resaca del día siguiente, y yo muriendo de aburrimiento. Todo empezó a cambiar cuando bajé al lobby a esperar a mis papás y vi llegar a una prima, me sorprendió verla ahí, tenemos años de no vernos, pero tenía sentido pues era un evento familia. Pero la verdad la emoción no era verla a ella, sino a su esposo. Ella es mi prima hermana y se casó muy joven, pero tuvo a mi parecer un buen ojo, y no por que su marido sea guapo, más bien por lo inteligente y culto. Me llevan casi 10 años de edad, sin embargo convivimos mucho cuando vivieron en la misma ciudad que yo. Durante ese tiempo ellos nos visitaban con frecuencia y en varias ocasiones Leonardo me ayudó en mis tareas sobre todo las difíciles, ya saben matemáticas, física e inglés, yo estaba cursando la preparatoria por ese entonces. Sin embargo las pláticas y sobre todo sus relatos de viajes me embelesaban, y a decir verdad me inspiraron para tener la vida que ahora tengo, viajo mucho, conozco lugares, personas y sus historias además que disfruto de mi vida profesional.

Los saludé a ambos con gran beneplácito y cariño pues a pesar de los años que llevábamos sin vernos, se sentían cercanos y siempre habíamos seguido en contacto sobre todos en las redes sociales. Nos pusimos un poco al día de nuestras vidas para cuando mis papás nos alcanzaron. Ellos acabaron de registrarse y los esperamos para ir a comer. La tarde fue muy amena como recordaba yo que era cada vez que nos reuníamos. Pero esta vez me pareció más interesante, ya que yo podía contar de mis aventuras, de mis viajes y compartir con Leonardo esas experiencias y sentir que alguien me entendía, algo que regularmente no pasa. Llegó la noche y nos reunimos para ir a la fiesta de familia, los XV años de la hija de otros primos. En la fiesta seguimos conviviendo, mi prima Laura está enferma y a pesar de que le encanta el baile ya no puede bailar tanto como antes, y Leonardo es un bailarín, así que aproveché para acercarme más a él mientras bailábamos lo llevaba yo lejos de la mesa y me regocijaba en sus brazos mientras bailábamos. No se si serían los tragos o el momento, pero me llegaban recuerdos de mi adolescencia, cuando soñaba que durante una asesoría con Leonardo y mientras la familia estaba en el patio, Leonardo me seducía y yo me dejaba seducir y experimentaba la felicidad de saberme deseada y poseída, le daba rienda suelta a mi pasión y mis necesidades se satisfacían, durante esos años y loas años de universidad varias veces me autosatisfacía soñando que era Leonardo el que me hacía el amor. Digamos que perdí mi virginidad con un dildo y soñando con Leonardo, siempre he sido muy cachonda pero no he sido promiscua, me gusta disfrutar de mi sexualidad y tener el control sobre ella. Esos recuerdos que regresaban a mi mente, que por mucho tiempo fueron sueños juveniles, hacían que coqueteara con Leonardo un poco más de lo acostumbrado, su respuesta era confuso, y era entendible se le estaba arrimando la prima de su esposa. Con delicadeza mientras bailamos le insinuaba mis ganas de tenerlo, él con algo de timidez a veces respondía a mis insinuaciones con comentarios subidos de tono. Físicamente a veces sin querer rozaba mis pechos en sus manos, le acercaba mi trasero, en algún momento el también comenzó a bailar más pegado a mi a pasar sus manos por mi cuerpo, en mis pechos en mis caderas. Muy adecuadamente cuando las cosas se ponían muy calientes, me pedía regresar a la mesa y sacaba a bailar a mi prima o a alguien más, sin embargo si yo le pedía regresar a la pista él no se negaba. Mientras estaba yo en la mesa, regresaban esa ensoñaciones de juventud y mi deseo de tener a Leonardo se incrementaban no sabía si lo lograría o si debía, pero algo en mi cabeza se iba bloqueando con el deseo. En una ida al baño me dí cuanta que mi vagina estaba muy lubricada por los sueños y el baile, me dí un poco de autosatisfación tocando mi labios húmedos, y sintiendo mi clítoris algo duro, no fue muy satisfactorio, pero me dejó un poco tranquila al menos lo suficiente para pasar lo que restaba de la fiesta. Desafortunadamente al regresar a la mesa, Leonardo estaba nuevamente esperando con quien bailar y al verme inmendiatamente me abordó y me llevó a la pista, el baile fue más cercano más sensual, y mis ganas de tenerle de poseerlo de hacerlo mió se dispararon casi al nivel de lanzarme sobre sus labios y crear una verdadera conmoción, me detuve por poquito, Leonardo se dio cuenta de esta situación y muy caballerosamente me llevó a la mesa. Mi cuerpo, mi mente estaban poseídos por el deseo, no sabía cuanto más podía resistir..... (continua en la parte 2).


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