Cuando Después de las Películas ? la Realidad (II) Final

Por
Enviado el , clasificado en Intriga / suspense
1436 visitas

Marcar como relato favorito
    Regresamos a la guardia de la Brigada de Homicidios y con sorpresa nos encontramos que a nuestros cuatro compañeros que no resistieron ver el cadáver habían sido enviados a sus domicilios; claro, no los despidieron de la Escuela, pues ya se tenía el antecedente que debían trabajar en robos o servicios  administrativos, nada que tuviera con muertos.
SONÓ EL TELÉFONO, contestó el Oficial de Guardia, quien acudió a la oficina del Inspector que dormitaba junto al médico y al fotógrafo en los sillones de la sala. Se desperezó y nos dijo : “Ya muchachos, vamos caminando, debemos ir a otro Sitio de Suceso”.
Sólo entonces noté en mi interior una gran inquietud. Me tocó sentarme al lado del fotógrafo y, como estábamos muy apegados dentro de la patrullera, el buen hombre sintió que yo temblaba. Me tomó un brazo y con  suaves palmadas me dijo que esto le ocurría a todos los novatos y que yo había hecho un buen papel en el caso de la mañana.

Esta vez se trataba de un muerto cubierto con la conocida lona, pero parecía estar en un charco de sangre. Había un camión con barandas muy altas, evidentemente se trataba de un gran vehículo destinado a labores agrícolas. Cerca estaba descansando en el pavimento como herida una motoneta. Con mis compañeros comprendimos que hubo una colisión entre ambos vehículos.
La voz de nuestro superior nos ordenó a mi amigo “Nene” y a mí destapar el cadáver y examinar su cuerpo que debíamos desnudar. Mi amigo me dijo “a la cuenta de tres lo volteamos para ver la herida”; era un muchacho de unos diecisiete años de edad que parecía dormido. Con sorpresa encontramos que pesaba muy poco.
Nuevamente el Inspector me ordenó examinar la herida en la cabeza, el hueso occipital que mostraba una enorme herida con destrucción de esa parte del cráneo. Uno de los Detectives me pasó una regla para medir el diámetro de la herida.
“ Se trata de una herida de carácter contusa, con destrucción del hueso occipital con un diámetro de unos doce centímetros. Hay salida de masa encefálica”. Con las manos sin cubrirlas con guantes me di el trabajo de extraer pedazos de huesos con parte del cerebro. Realmente parecía que estaba soñando una pesadilla y actuaba como un autómata.
Creí haber dominado la situación, pero vi en un rincón un grupo de muchachos llorando y se abrazaban; supuse que eran amigos de la víctima del accidente. El Inspector comprendió que mis sentimientos me estaban traicionando; posteriormente me dijo que entendía, que había Detectives duros, pero que su talón de Aquiles era ser muy sentimentales. Me mostró al padre del pobre muchacho que quería dar un vistazo a su hijo. Le destaparon el cadáver del gallardo chico, el hombre dio un largo suspiro y fue sacado por sus familiares hasta un automóvil.
El funcionario policial que hacía de guía de los alumnos en mi curso, cuando regresamos al lunes siguiente me tocó el hombro y me dijo “Bien, muchacho, ya te irás acostumbrando a los Sitios de Suceso con cadáveres”.

Así ocurrió y pronto fui enviado en provincias a hacer el papel de Brigada de Homicidios; poco a poco se me reconoció como un especialista en esa parte de las investigaciones.
He relatado y he dicho tal como ocurrieron mis primeras impresiones y actuaciones en la Policía de Investigaciones (PDI). Si encuentran que hay jactancia de mi parte, puedo responder que se trata de una realidad imposible de desconocer; no era un fenómeno, sino que un ser humano que superó sus debilidades y trató de actuar lo mejor que pudo.
El relato que hago en la historia “Amarga Experiencia, Amarga Victoria” titulada algo así, donde cuento acerca de un Sitio de Suceso en la estación de ferrocarriles de una mujer accidentada, es verídico, en el que hago hincapié cómo me sentí con los vivos. Claro, con el tiempo acepté como parte de la vida de investigador los ataques sin fundamento y más que todo por ignorancia de personas ajenas  al quehacer policial.

¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed