Mi proveedor...

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Mi proveedor, el dueño de una empresa que me provee de servicios logísticos, delgado, 1.80mt, blanco, 13 años mayor que yo, casado, con canas interesantes….  No muy atractivo para mí; pero es seguro, encantador, caballero, divertido,  buen conversador y  hasta ese momento una persona con quien pasar un buen rato social.

 

Ese día, había enviado a mi asistente a hacer tareas fuera, y la oficina estaba solo para mí.   

10:00 am:  Coloqué una lista de canciones en el computador y con la música me acompañé mientras respondía mails.

10:30 am:  Mensaje a mi celular.  Mi proveedor: ** Estás en la oficina? Tengo unos documentos para entregarle a tu asistente.

10:35 am: **Mi asistente no está, pero yo te los puedo recibir.   Estoy sola en la oficina.

 

No sé qué me hizo decir eso.  Si la canción incitadora que escuchaba o simplemente la soledad y la oportunidad que te hacen crear los espacios para pecar.  

 

11:00 am: Suena el citófono.  El portero:  **El sr proveedor va subiendo.   

Timbra y abro la puerta.

Le recibo con un beso en la mejilla y una sonrisa.

 

Lo invito a sentarse y recibo los documentos mientras conversamos de lo rico que es tener la oficina para mi sola y las oportunidades que aprovechar para cosas diferentes al trabajo.

 

11:15 am: Le ofrezco agua, acepta y voy a la cocina.  Me siguió sin darme cuenta y estando de espaldas, con el agua sobre la mesa,  me pega su cuerpo al mío, y con su largo brazo lo pasa sobre mi hombro y recoge el vaso con agua.  Me doy la vuelta hoy quedamos de frente, sin un solo centímetro que nos separara.  Sin dar tiempo a pensar nos dimos un beso en el que su mano apretó  mi espalda y su lengua jugaba en mi boca… y mi lengua saboreó la suya.  Sentía como me humedecía al sentirlo erecto pegado a mí.

 

Dejó el vaso de agua sobre la mesa, fue a la puerta, le puso seguro y al voltear, por instinto yo lo esperaba casi sentada sobre mi escritorio, mordiéndome los labios.

 

Se acercó y si pedir permiso, me dio la vuelta y me puso de espalda.  Con mis manos sobre el escritorio, besaba mi cuello, hacía a un lado mi cabello y lentamente acarició por encima de mi ropa mis senos, mientras su lengua acariciaba mi oreja y su pene se masturbaba en mis nalgas con la ropa puesta.

 

Me levanté, y todavía de espaldas con mis manos acaricié su pene por encima de la ropa, lo más rápido que pude en ese momento de euforia, desaté su cinturón, desabroché el botón de su pantalón, seguido de la cremallera y metí mis manos para sentirlo sobre el bóxer… más cerca de la piel que quería tener dentro de mí.   Mientras él metía sus manos en mi blusa, sus caricias pasaron a ser fuertes apretones en mis senos que me erizaban la piel …  Bajó su mano para levantar mi falda, apretar mis muslos y tocarme por encima de mi tanga…  ese movimiento circular de su dedo me enloquecía.  Yo no dejaba de acariciarlo para ponerlo lo más duro y grande que pudiera.  Metía su mano en mi tanga y me masturbaba.

 

Me voltee y de frente a él, bajé su bóxer al tiempo que me ponía de rodillas… No lo pensé, y metí su enorme pene en mi boca.   Escuché un gemido al instante, placer, éxtasis, locura…  Lo lamí por un par de minutos antes de que, sin aguantarse,  me levantara de un tirón, me volviera a poner de espaldas a él, me inclinara  sobre mi escritorio, bajara mi tanga y me penetrara, empujando mis hombros hacía él para no dejar nada por fuera…

 

Se inclinó un poco y con su brazos me rodeó para llevar sus manos a mi clítoris y masturbarme…  es indescriptible sensación, era tan violento y delicioso que por momentos no lo soportaba….

 

Me daba duro, no paraba, metía sus dedos en mi boca y volvía a mi clítoris… era ideal… era fuego…

 

Como pude me lo saqué, me puse de frente, me quitó la blusa, me subió y tiró sobre mi escritorio, y volvió a entrar, con más fuerzas.  Así lo quería.  Me apretaba los senos, con su dedo volvía a mi clítoris.

Mis piernas lo rodeaban y lo empujaban a que me lo metiera más y más…  Bajaba la velocidad y luego retomaba más fuerte, ya en ese momento esperaba que con un par de intentos más lo mojara en mi orgasmo, que llegó con un fuerte apretón de piernas, un gemido, unas cosquillas incontrolables…  él sonrió y siguió dándome mientras cerraba los ojos, al minuto estaba él en éxtasis, y yo sentía como me llenaba, se sentía caliente y abundante…  Yo miraba el techo agitada, sudada, cansada pero satisfecha…

 

Me dio la mano, me levanté fui al baño por papel para limpiar, sin palabras, sonrientes, satisfechos.

 

Nos vestimos, miramos alrededor, arreglamos las sillas, acomodamos el escritorio, rociamos ambientador, recogimos el desastre (entre los que estaban los documentos que me iba a entregar).

 

11:50 am: 

El: Ha sido un placer hacer negocios contigo.

Yo: Es usted un buen negociador.

El: Me llevo los documentos para volverlos a traer cuando su asistente NO esté en la oficina.

Yo: De acuerdo.

 

Nos dimos la mano y cerré la puerta.  Esta semana  espero a mi proveedor para volver a radicar los dichosos documentos…

 


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