Boom

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Otro día, sin trabajar, sin tener el cochino dinero que tanto amaba, que ironía, me levanto temprano a buscar trabajo como todos los días, mi paladar acostumbrado al mismo sabor de siempre, agua y pan, ya ni siquiera cagaba, me dirigía a buscar empleo al centro de la ciudad, amargado, decepcionado, sin ilusión, sin optimismo, mi último trabajo había terminado como todos los anteriores, me querían explotar mucho mas de la cuenta, como a todos, solo que yo simplemente no lo aguantaba, en mi país son expertos en eso, sueldos bajos, caras largas, la ciudad lucia como el agua contaminada, por sus personas y por el humo de los carros, era como un acuario de peces sucios, antes de parar el bus, me dirijo hacia una bodega a comprar un cigarro, era todo lo que tenia, lo enciendo, al lado, un señor desayunando me dice:

 

-Hey!, sabes que un cigarrillo es un día menos de vida? Me pregunto

- Pues tengo pensado fumarme muchos días mas

 

Lo mire fijamente, no me contesto, de todas maneras es imposible porque son innumerables los que me he fumado, pensé yo, salí del sitio y me disponía a parar el bus,  Tenia que obtener el dinero a como diera lugar, en el bus había un asiento libre y me senté, en el transcurso del viaje hacia el centro de la ciudad, un señor acabado, se monta y dice con voz ronca:

 

-No tengo nada que ofrecerles, les voy a cantar una canción

 

Era la peor voz que había escuchado en mucho tiempo, estaba loco sin duda, varias personas se reían, otros la aguantaban, yo simplemente lo miraba pensando en que el mundo ya no tenía remedio, o por lo menos esta parte del mundo, el señor no recibió nada, por obvias razones, era un ser que ya no le producía nada a la sociedad, pero al menos cantaba y no robaba, me baje del bus mientras mi conciencia me atacaba, diciéndome que todos encontraban el dinero de una manera muy sucia, pero que no podía permitirme ser ruin por más que veía a un vagabundo fumándose un cigarro y bebiendo de una botella barata y yo que sin dinero me había terminado el único cigarrillo que me podía comprar, tenía un orgullo muy fuerte, un orgullo de no convertirme en una escoria producto de un sistema fracasado, me acerque a un negocio mientras anotaba los requisitos en una tienda, un señor se me acerca


Hey! quieres trabajo?

Claro

Toma mi tarjeta, allá se va es a trabajar, ¿okey?

No voy a mas nada.

El trabajo es en una pista de karting, lo espero mañana a las 8 y 30.

Karting? suena fácil.


Ese día en la tarde, llegue antes de la hora, mal, estaba con 2 niños en su edad de hiperactividad, y otro empleado, como todo trabajo en mi país, una cosa era lo que decían y otra cosa era el trabajo en sí, pues en varias ocasiones hacías cosas que no tenían nada que ver con el trabajo, alzando obstáculos, trayendo cosas, haciéndole hasta malditos mandados, pero me daba igual, si me mantenía ocupado el tiempo se pasaría mas rápido, una infernal manera de optimismo que me mantenía de pie. El sol, tan caliente como si estuviera concentrando toda su energía en mí, la cuestión no era trabajar, era el poco dinero, el ambiente y el jefe, porque casi todos los jefes tienen que ser unos hijos de puta? es como un cliché de la vida, el sitio lucia como si el tiempo no pasara, de esos lugares viejos y tétricos, me concentro todo el día en trabajar a pesar de que 1 mes de sueldo solo me alcanzaría para 1 o 2 semanas . Termino el día, me dirijo hacia mi casa, me baño, me cambio, exhausto miro por la ventana de mi cuarto, me quedo mirando un negocio que estaba cerrando, unos policías cuidaban el lugar, ya eran eso de las 1 am, un vagabundo iba pasando con un pote de limosna y se acerco a pedirle dinero a los policías, la calle estaba desolada, y los policías le arrebataron el pote y empiezan a jugar con él, se lo tiraban entre ellos mientras el vagabundo sin fuerzas trataba de agarrarlo, no mire mas, simplemente me acosté y mire al techo, mi cabeza iba a explotar, todo lo que veía alrededor era negatividad y me untaba de ella.


Al otro día, en el trabajo, estaban dos empleados más que el viejo había cazado en la calle, como a mí, estaban de nuevo los niños de mierda ,me interrumpían en cada tarea que hacía, imposible no pensar en darles una patada en el culo, el trabajo era en un estacionamiento abandonado, ese día no había ni un alma, me entere de que el otro empleado era el primo del jefe, que no hacia absolutamente nada, el bastardo se fue a buscar café, luego de acomodar el negocio, el jefe y yo nos quedamos en un silencio incomodo que solo nos dio la puerta a una extraña conversación

 

 

- Muchacho, sabes como conseguí todo esto?

-Cómo?

- El dinero me lo dio el gobierno después de años de insistencia, cada carro cuesta 800 dólares, pero todo me lo ha dado Dios

- Dios?


- Si, si le pides el nunca te abandona

- Mmm si claro.

 


Me empieza a citar salmos que ni recuerdo, Una risa interna me invadió el cuerpo, luego una ira inmensa, pensé: como las personas logran tener dinero de esa manera?, aferrarse a la convicción de que no fue arrodillándose ante el gobierno sino a su Dios, el jefe era como una secretaria puta pero versión hombre, lo único que le falto decirme fue que le hizo un oral a cada una de las personas que le dieron el dinero, era un señor patético, el mas patético que jamás vi.

 

 

No sé ni cómo, pero soporte 1 semana y media, que para mi era ya mucho que decir, éramos cuatro empleados, dos se fueron cinco días antes de mi renuncia, entendí porque se fueron, pero tal vez no necesitaban tanto el dinero como yo, el otro empleado era un familiar de él, lo reitero porque no podía soportar ver eso y no pensar en golpearlos hasta quedarme sin nudillos, yo solo me quede porque necesitaba el dinero y pronto, para mis vicios y para mi comida, no soy hipócrita , no me digan que en una situación así puedes dejar los vicios para mejorar económicamente, al contrario, mas los necesitaba, mas me aferraba a ellos.


Ahora me tocaba hacer el trabajo de 3 empleados, inexplicablemente, cada día había que hacer más cosas que el anterior, esa fue la gota que derramo el vaso para mi renuncia, los 2 hijos de puta solo disfrutaban como les llegaba el dinero en abundancia, la dignidad la doblaron y se la metieron en el culo, ni siquiera me tome la molestia de decirles algo, pues son personas que nunca cambiarían, que impotencia, al final renuncie, el dinero de la semana y media me alcanzo para 2 días de mala comida y vicios baratos, sabía que me encontraría en la calle 2 días después, pero eso se lo dejaría a mi yo del futuro, los 2 bastardos se quedaron solos, solos como cuando llegue.


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