Una experiencia única I

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Es el principio del verano, mis padres han accedido a dejarme ir a la playa una semana antes que ellos. Mi primo Rafael va a casarse, pero yo quiero ir a la playa no solo por la boda, recién he cumplido 18 años muero por probar el sexo.


Oh pero que sorpresa me ha dado mi padre cuando me dijo que tendría que llevar niñera, bueno no lo dijo con esas palabras, pero es lo mismo. El señor Murrieta trabaja con mi papá, y mi papá no para de hablar del buen trabajo del señor Murrieta. Cada que mi papá habla de él no puedo más que pensar que es un rabo verde, nada atractivo.


-Sí David no va contigo, ni de loco te dejo ir-
-Pero, papá voy a ir con Lilia-
-No empieces con tus berrinches, o va David o no vas-

"Será bastante difícil probar el dulce sabor del sexo con el señor Murrieta rondando todo el día por ahí"

Sonriendo acepto las condiciones de mi padre.

***
Cuando llegamos al hotel es la primera vez que veo a aquel hombre y solo un par de segundos bastan para que estremezca cada poro de mi cuerpo.
“¡Dios, ese hombre es lindo!"
- ¡Hey Areli! ¿Vienes? – Grita Lily desde la barra de recepción.
-Si, claro, ya voy- Mis mejillas se sonrojan intensamente al darme cuenta que él me mira directamente a los ojos, atraído por el grito de Lilia.
Agachando la mirada camino al mostrador tras Lilia y su novio, Uriel.
-Lily recuerda que mi papá reservo el Penthouse, tiene 4 habitaciones. Tú y Uriel pueden quedarse conmigo...bueno, con nosotros- Ruedo los ojos al techo al recordar que el señor Murrieta debe estar esperándome en el hotel.
-No te preocupes Areli, está bien...ya teníamos contemplado esto y además, necesitamos nuestro propio espacio- Responde Uriel guiñándome y haciéndome sonrojar al imaginar porque necesitarían "su propio espacio"
Inmediatamente después de que ellos se registran le entrego a la recepcionista mi identificación para hacer lo mismo yo.
-Reservación a nombre de Areli De La Torre, por favor-
-Señorita De La Torre, hace una hora llegó un hombre a registrarse en el Penhouse. Dijo que usted llegaría después y me pidió que le entregara esto- Sonriendo me entrega la llave de la habitación y dentro de mí siento como la decepción me golpea.
"¡Claro que está aquí! Olvídate de llevar a ese hombre guapo que viste antes, el señor Murrieta ya debe estar en la habitación"
-¿Nos vemos en media hora para comer?- Pregunto a mis dos acompañantes, esperanzada en poder subir a la habitación, refrescarme un poco y pasar el menor tiempo posible cerca del señor Murrieta.
-Que sea en una hora-Lily me guiña un ojo y es imposible hacer berrinche, sólo río y dejo que el botones me guíe hasta los elevadores y directo al ultimo piso.

***


Desde el momento en que entro a la habitación me doy cuenta que no hay nadie hay, debo decir que ha sido un completo alivio, aunque al mismo tiempo siento un poco de decepción por no conocer aún a mi niñera.

Preparo la tina para tomar un baño relajante, y mientras me sumerjo en el agua caliente de la bañera empiezo a imaginar cómo sería sentir las manos del chico que encontré en recepción sobre mi piel, lentamente comienzo a pasar mis manos sobre mis senos, pellizcando delicadamente mis pezones, tirando de ellos hasta ponerlos tan duros como un par de guijarros. Mi respiración se vuelve completamente artificial y mis manos resbalan por mi cuerpo empezando en mi cuello y bajando hasta mi abdomen, acaricio mis muslos y empiezo a abrir lentamente las piernas, muero porque sean las manos de aquel joven ejemplar las que me acaricien como nadie antes lo ha hecho. Pero me conformo con pasar mis dedos sobre mi húmedo sexo, el agua se lleva consigo la humedad que emana desde lo más profundo y oscuro de mi ser. Lentamente introduzco dos de mis dedos en mi interior, siento como me abro lentamente y empiezo a meter y sacar mis dedos de mi, sólo dos de ellos entrando y saliendo con suavidad de mi interior, ya no controlo los sonidos que hago, mi respiración se basa en jadeos y gemidos contenidos. De pronto escucho un jadeo que no proviene de mí y abro los ojos de golpe.-¿Hay alguien ahí?- Agitada pregunto mientras salgo de la bañera y a pesar de ser interrumpida antes de la dulce cúspide del placer decido que lo mejor será vestirme. 


Me pongo el bikini morado, mi favorito debo decir y un vestido de playa blanco, no se transparenta completamente el bikini así que espero sea apropiado para el restaurante.


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