BLANCO Y ROJO

Túmbate en este lecho de tela blanca e infinita, deja que la tranquilidad y la paz invada tus pulmones. ¿Qué dices? ¿Nunca habías visto antes la nieve?

Tiene que ser agradable poder verla por primera vez, poder disfrutar de la pureza y la inocencia de su blanco tan natural y vivo. Esta fría, pero al mismo tiempo es extrañamente cálida. Todo es inocente hoy, todo es puro y virgen hoy. Es un bien que se está perdiendo: el de la inocencia, el de descubrir lo que existe y su significado por primera vez. Este blanco es un testimonio de lo que está olvidando, ¿no te parece?

Por eso estoy enamorado de la Navidad: es el día donde todos pueden recordar el blanco, encontrarlo y conocerlo. El blanco lo invade todo, como una cascada de felicidad sin obstáculos; como si nunca se le hubiera olvidado, sino que había estado siempre allí, cuidando de nosotros.

Vaya. El rojo se está escapando de ti. El color que mancilla la inocencia. El color de la muerte. Está inundando el vital blanco, el material del alma. Vamos, no estés tan triste.

Que sepas que haya donde vas, siempre hay blanco.