CORTO RELATOS DE MI VIDA: LA SEÑORA GREGG: El trauma del mayordomo. Primera parte.

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Sonó un teléfono y BARBARA o sea  la señora GREGG, se levantó de la silla y fue a contestar, me puse de pie, me senté y terminé mi café, al rato regresó y dijo, era tu esposo, dice que hoy no regresará, sino hasta mañana por la noche, me quedé callada,  Bárbara se sentó y dijo, bien, tu marido no llegara a dormir hoy, y yo no quiero que estés sola en tu casa con los niños, si quieres puedes quedarte a dormir acá y mañana los llevare por la tarde a su casa, que dices, te gusta la idea?, le contesté, no gracias, mejor nos llevas hoy, es que tengo algo que hacer mañana temprano, ella dijo: por qué quieres irte, acaso hice algo que te molestara?, lo único que he hecho es enseñarte a ver las cosas desde otra perspectiva, dime que pasa, yo le contesté: todo aquí me gusta menos una cosa, y que es?, yo contesté:  EL MAYORDOMO, Bárbara empezó a reír y dijo, como que el mayordomo, explícame que no  entiendo, entonces empecé a contarle una historia de cuando mis papas me llevaron de viaje a la finca de mis tíos, cuando llegamos a la casa grande, me di cuenta que todos los sirvientes de esa finca eran hombres y mujeres de raza negra, la cosa fue que por la noche salí a jugar con unos niños hijos de los sirvientes, nos alejamos un poco de la casa grande y de repente me ví sola, todo estaba oscuro y de pronto un hombre me tomó por la cintura y me llevó aún más lejos, no sabía quién era, el hombre me llevó hasta una pequeña cabaña de madera, y me metió adentro, me sentó en una cama vieja y dijo que no gritara, que solo quería hablar conmigo, yo estaba asustada y no podía hablar, el hombre encendió una vela y pude verle la cara, era el mayordomo de mis tíos, un hombre mulato de ojos cafés, no muy alto pero de complexión fuerte, se arrodillo delante de mi y dijo: no te asustes, no voy acerté daño, solo quiero que me escuches, le dije, bien te escuchare, el mayordomo me pregunto si  ya me había empezado a salir sangrecita de entre mis piernas y le dije que de vez en cuando, entonces preguntó, alguien te ha tocado entre las piernas, dije que no, me dijo, me dejarías ver como tienes allí?, respondí que no, pero el hombre insistió que le enseñara, entonces  le pregunté que para que quería verme allí, y él dijo: quiero ver porque dicen que las mujeres blancas lo tienen dulce allí y yo solo quiero probar que sabor tiene, le contesté que no, que no le dejaría meterse entre mis piernas , el hombre dijo: déjame ver solo un poco, si no tiene ningún sabor te dejare ir, con tal de que me dejara ir accedí, entonces el hombre me quito mi pequeño calzoncito y me dijo acuéstate en la cama para que la luz me alumbre, inocentemente hice caso, el hombre al ver aquella conchita blanca y virgen no dudo en meter la cara entre mis piernas, al principio sentí cosquillas, después sentí algo realmente delicioso, algo que nunca había experimentado, bueno la cosa es que  el hombre me chupaba la vagina y trataba de meter su lengua dentro de mi rajita pero estaba tan cerrada que no podía, igual no dejaba de intentarlo, seguía y seguía tratando de abrirme la vagina para darse gusto pero era casi imposible, trato de meterme el dedo pero grité y se asustó, él no quería que lo descubrieran, así que me subió las piernas y empezó a lamerme el ano, el tipo era una completo depravado, a raíz de eso mi vagina quedo muy sensible, y cada vez que alguien me come la concha me hace entrar en éxtasis inmediatamente, pues el hombre dejo de lamerme y se puso de pie diciendo, te gusto, verdad que fue delicioso?, Yo dije que sí, bueno dijo: parece que nos es tan dulce como dicen, pero yo si tengo algo dulce  para ti, le pregunté que era, y el hombre se bajó el pantalón y como los sirvientes no usaban ropa interior vi aquella cosa negra, enorme y venosa que le colgaba, le pregunté, que tienes allí?, y el tipo respondió es una barra de chocolate, nunca había visto algo así le dije, el tipo contesto, es que esta es especial, porque especial pregunté, y el contesto, porque es solo para ti, quieres probarla?, yo contesté  no quiero, se ve muy fea, se ve fea pero cuando la pruebes veras que es dulce como una uva respondió, desconfiada le pregunté, como sabes que tiene ese sabor si no la has probado?, me contestó, porque las otras mujeres la han probado y me han dicho que es tan dulce como el jugo de uvas, pruébalo dijo, y agarrando aquella cosa monstruosamente grande con una mano, me acercó tomándome la cabeza con la otra mano y dijo, prueba, vamos, chúpala veras que rica es, vamos rápido, me acerque a su polla pero el olor a pescado me dio asco, y no quise hacerlo, el hombre al verse rechazado me tomo por el pelo y dijo: bueno quise que fuera por las buenas pero ahora será por las malas, empecé a llorar y el me abrió la boca a la fuerza y cuando estaba a punto de meterme esa cosa enorme en mi boca tocaron a la puerta, el hombre enojado pregunto, QUIEN ES, y de afuera le contestaron soy yo TINA, era una de las sirvientas de la casa grande,  el hombre se subió los pantalones y abrió y le dijo, que diablos quieres, ella me vio sentada en la cama y le contesto, están buscando a la niña, él dijo, yo la llevare después, y quiso cerrar la puerta pero la sirvienta no lo dejo y le dijo, déjala ir, ella aun es virgen,  si la tocas vas a lastimarla, te encontraran, te agarraran y te meterán a la cárcel, entonces contesto el hombre: ella aguantara ya la prepare, pero la sirvienta dijo, no, sabes que mejor tómame a mí, yo sí puedo darte todo el placer que quieras pero déjala ir, si la dejas ir te dejare hacerme lo que quieras, el tipo dijo, lo que yo quiera?, si, dijo la pobre sirvienta lo que quieras pero déjala que regrese a la casa grande, el desgraciado accedió y me dejo ir, tomo a la sirvienta del brazo y la tiro a la cama, después cerró la puerta de golpe, salí corriendo y llorando pero de pronto me detuve, mire hacia la choza, y algo me obligó a regresar, caminé de regreso hasta la cabaña, y por la ventana vio algo que me dejo traumada para toda la vida, vio a la sirvienta desnuda sobre la cama y al hombre chupándole la concha, lo raro era que a la mujer parecía gustarle lo que el hombre le hacía, envés de golpearlo y darle de patadas, la mujer le acariciaba la cabeza y habría más las piernas el hombre le comía la concha como un profesional.

(CONTINUARA)...


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