Un regalo, una noche de lujuria y una despedida

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Recorrí la habitación con la mirada pase mis dedos por aquella pared inmaculada de color blanco al fondo se encontraba una hermosa cama matrimonial vestida de blanco con cojines de seda rojos y negros hacían juego con los que se encontraban en el sofá que eran del mismo color una luz tenue iluminaba el espacio camine un poco más y vi la parte de la cama que se encontraba oculta por una pared que formaba parte del baño, ahí estaba el su espalda desnuda su cintura y cubierta por aquella sabana era un espectáculo se veía fuerte y delicioso, un suspiro escapo de mis labios seguí caminando y esperando que el sonido de mis tacones lo despertara de su letargo.

Llevaba un vestido ceñido al cuerpo de color negro, había escogido mis mejores tacones. La ocasión lo ameritaba estaba vestida para matar sobre todo debajo de aquella ropa fina, me vestía una ropa interior de encaje color negro que se ajustaba perfectamente a todas las curvas que conformaban mi anatomía, me había preparado mi piel de morena lucia tersa y suave y mi cabello caía sobre mis hombros en pequeñas ondas que destacaban las facciones de mi rostro y mis ojos negros buscaban y desvestían aquel cuerpo sobre la cama. Sabía que él me deseaba y me aprovecharía de eso, le daría la mejor noche de su vida estaba dispuesta a cumplir sus más apasionados y lujuriosos deseos. Tenía mis niveles de autoestima suficientemente elevados para saber que podía hacerlo y ser una fiera dominante o una mujer sumida ante los deseos y aspiraciones sexuales de aquel hombre.

Me acerque más a la cama y pude ver como se movía bajo las sabanas me pregunta si se encontraba desnudo esperaba que si... Me senté en el borde cuidando de no despertarlo bruscamente era suave perfecta para hacer el amor o tener buen sexo salvaje. Acerque mi cara a su cuello y su perfume inundo mi nariz era suave y exquisito como el roce la punta de mi nariz por su oreja e hizo un leve movimiento aun no despertaba y sentía como mi ropa interior se mojaba con mis fluidos progresivamente un escalofrió recorrió mi espina dorsal y toda la piel de cuerpo se erizo, mis respiración se volvió entrecortada y mi pulso se aceleraba. Me encantaba estar en aquel lugar y luego de seducir al vigilante de aquel edificio para llegar hasta mi meta ya estaba bastante caliente.

Pose mis labios sobre su cuello dejando mi labial rojo marcado en el mismo  recorrí toda su espalda y brazos con besos dibujando pequeños arabescos con las yemas de mis dedos, esto por fin lo despertó y cuando se volteo pude ver que mis besos y mi perfume habían hecho efecto su pene se encontraba totalmente erecto pude verlo a través de la sabana.

-¿Qué haces aquí? Dijo de con los ojos aun entrecerrados y la respiración un tanto acelerada.

-Déjate llevar, vine para hacerte venir y para regalarte la mejor noche de tu vida- Dije eso luego de ponerme de pie y deslizar hasta abajo el cierre de mi vestido negro, lo baje de manera sensual y pude ver como sus ojos de abrían sorprendidos abrió su boca sin pronunciar ni una palabra.

- Luces hermosa y caliente – Se había sentado y ya se encontraba desnudo pude ver su erección el tamaño de su pene era impresionante pude sentir como mi cuerpo se calentaba y mi vagina se inundaba con fluidos y una sensación inigualable de placer. Me acerque y lo bese mi lengua exploro su boca y la suya hizo lo propio sin dudar poso sus manos en mis glúteos aprontándolos y dándoles una palmada firme comenzó a acariciar mis piernas rápidamente hizo un giro y me lanzo sobre la cama hizo lugar apartando los cojines aquella sabana se sentía celestial seguimos besándonos, sus manos apretaron fuerte mis senos esto me hizo soltar un gemido y a él una sonrisa recorría mi cintura con sus manos y mi cuellos y pechos con sus labios, beso mi estomago hasta llegar al borde de mi ropa interior y subió nuevamente al tener su oreja cerca de mi boca le susurre

-Soy toda tuya, puedes hacer conmigo todo lo que desees- esto encendió aun más su deseo y rápidamente me volteo y me puso sobre mis manos y mis rodilla realmente era fuerte, quito mi ropa interior dejándome solo con mis tacones rojos puso su glande en la entrada de mi vagina y lo hundió fuertemente no se detuvo mis fluidos vaginales envolvieron su pene sus embestidas eran rápidas al igual que sus manos que no dejaban de apretar mis senos y pellizcar mis pezones. Rápidamente llegue a mi primer orgasmos se salió de mi para no acabar, se lanzo sobre la cama.

-Eres toda una perra, pero una hermosa perra, y espero no te ofendan mis palabras-

En un lugar de ofenderme aquella frase aumento mi estado de excitación. Me tomo  del brazo y me dijo que haríamos una de sus posiciones favoritas me invito a poner mi vagina sobre su cara quedando a la altura de su boca, sin pensarlo sabia cual era mi tarea inmediatamente comencé a lamer su glande y a recorrer con la punta de mi lengua todo su pene lo metí en mi boca y comencé a darle sexo oral de calidad, ese que solo la experiencia te enseña debía detenerme cada cierto tiempo para gemir ya que su lengua estaba jugando con mi clítoris e introduciéndose en mi vagina haciéndome llegar al mismo cielo, a su vez sus dedos jugaban en mi entrada vagina metiendo uno, dos tres, con movimientos circulares que iban desde una velocidad lenta, hasta una velocidades impresionante que me hacía sentir viva, me hacía sentir a aquel hombre en cada parte de mi cuerpo pude sentir que me venía nuevamente y mi orgasmo me llevo a niveles bastante altos de placer.

Me volví sobre la cama sobre la cama diciéndole que lo necesitaba nuevamente adentro

Me abrió las piernas y embistió contra mi sin compasión alguna podía escuchar su pelvis chocando contra mí, se movía rápidamente haciéndome gemir fuertemente.

-Me encanta tenerte dentro- Pude decir con una voz teñida de placer

-Eres el mejor regalo de esta noche- me dijo poniendo sus manos alrededor de mi cuello y ejerciendo una ligera pero firme presión que hizo que me excitara aun más aumento su velocidad introduciendo todo su fenomenal pene inmediatamente sentí como su calor me invadía su semen se abría paso dentro de mi vagina su cara de placer fue mejor que cualquier poema dejo escapar un gemido y lentamente salió de mi.

Quedamos exhaustos besos mis labios, mi cuello y sonrió.Sin mediar palabras me puse mi ropa interior y mi vestido Me incline sobre la cama ignorando su cara de perplejidad lo bese y le di la espalda, el sonido de mis tacones inundo el lugar rompiendo en silencio, la puerta se cerró a mi espalda y una sonrisa se escapo de mi interior.

Sabía que no lo vería nunca más me llevaría su recuerdo y una historia inconclusa que no fue más allá de la lujuria. 


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