Imaginar

Por
Enviado el , clasificado en Cuentos
1082 visitas

Marcar como relato favorito

Ya era casi de día. Había estado toda la noche debatiéndome sobre la vida, el futuro y otras delicias. Entre un mar de caras sin gesto la vi. Apuró el trago y lentamente se desmayó. Fue cayendo y quedó sentada con la botella aún en la mano. Su rostro tenía luz. Quizás en ese momento ella no estaba ahí, contra esa pared. Tal vez empezó a volar y a sentir que el aire se hacia espeso al llegar a las nubes. Y que pasándolas se sentía frio en la piel humedecida por la lluvia contenida. O tomó prestada una motoneta y desde allí miraba todo hacia abajo. Y veía un gato pescando con una caña larga. O un flamenco indiferente posado en un techo con chimenea y de esa chimenea salían chorros de agua colorida. Probablemente no vio nada de esto. Solo ejércitos de personas planas rezando al mejor postor, pidiendo que al de al lado le vaya mal. O recorrió kilómetros de campos sembrados donde otras personas hacían música, una música desconocida y excitante, que la llenaba de azul. Aunque es posible que tampoco haya visto eso. Seguramente vio una bandada de tucanes rojos que volaban hacia atrás resistiendo al viento. O se encontró sola en un camino desierto y nuevo que debía ser recorrido, y eso no la asustaba. Aunque no creo que haya sido así. Estoy convencido de que cometió una insurrección, una herejía: se dio cuenta que era feliz. Se dio cuenta que necesitaba dar y recibir, sembrar y cosechar, y a la vez no precisaba a nada. que era plena y volátil a la vez que fuerte y plantada. O tal vez no vio nada y su mente permaneció allí, acompañando a su cuerpo inmóvil.
Mientras trataba de imaginar que había visto, la lluvia empezó a caer. Sacudió lento la cabeza y se levantó. El vapor se levantaba del piso como una bruma. En ese momento comenzó a caminar como si nada.
Me resisto a creer que estuvo su esencia todo el tiempo ahí, atada a su envase. Estuve todo el día pensando y tratando de recordar, pero estoy seguro de que, entre humo de cigarrillos y piernas que seguian su marcha sin verla, lo juro, la ví sonreír.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed