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El gallito rivera con un peso de 65kg y, un gancho derecho como piedra. Se enfrentara el día de hoy, con el hasta ahora invencible ruso germanovich…

El gallito rivera, se preparaba mental mente para el siguiente round. Intentaba prestar atención desde la esquina del cuadrilátero en el que  se encontraba, a su entrenador. Pero en los rounds pasados había recibido varios golpes significativos, que lo habían hecho sangrar de la oreja, las dos cejas y en un round, la nariz. Pero siempre, sus buenos médicos, le contuvieron el sangrado.

Se encontraba un poco desorientado, pero él podía contra aquel rusito de mierda – le dijo a su entrenador – Su mujer le inspiraba fortaleza – estaba sentada en una de las primeras líneas del lado izquierdo del cuadrilátero – Ella lo miraba de frente, con una cara de espanto tras haber visto los últimos dos asaltos, donde su marido había recibido una paliza –  Angélica, su esposa, era una mujer bastante bella. La había conocido en una de sus primeras peleas como profesional. Ella era de las que anunciaban, con letreros el próximo round… Sonó la campana, el round empezaba. De no se sabe dónde, el gallito rivera, saco las fuerzas para levantarse. El ruso le propino varios golpes, pero el gallito logro bloquearlos. El gallito, le atesto otros varios al abdomen; Fueron directos. El ruso se quedó sin aire, y el gallito aprovecho para propinarle dos ganchos derechos, que el ruso tolero como si nada. En ese momento sonó la campana, anunciando el final del round. Exhausto, tomaba agua, mientras el entrenador le daba masaje, y los ayudantes le atendían las heridas.  

-          gallito – le decía su entrenador, mientras le daba masaje – mira, propínale  varios golpes al abdomen y cuando baje la guardia, dale unos ganchos derechos, como lo as echo hasta hora, pero, ahora sí, pégale con ganas. con eso tendrás la pelea ganada.

Su entrenador hablaba por hablar, por no desanimar a su muchacho. El entrenador sabía que gallito rivera, no tenía oportunidad. Incluso aposto en su contra.  

Sonó la campana. El gallito se levantó de la esquina, y empezó a pelear. El ruso “germanovich” empezó a darle una combinación de golpes, que apenas el gallito y podía detener. Faltaban menos de 40 segundos para que acabara el round, y, acorralado en una esquina, el gallito recibía por parte del ruso, unos golpes tan brutales en la cabeza, que lo mando a un “nock out” permanente. 


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