Una caricia es suficiente

Por
Enviado el , clasificado en Reflexiones
1020 visitas

Marcar como relato favorito

Ayer me pasó algo curioso o triste o aciago quizás, no sabría cómo definirlo…….. Estaba en el trabajo. Serían las siete y media de la tarde. Estaba muy cansada llevaba muchas horas trabajando y poco de descanso. No había podido ir a visitar a mi madre y eso me afectaba. Echaba de menos los cortos paseos que dábamos y las caricias en su cara y manos. Vaya que estaba sensiblera.  En mi trabajo, los domingos había más afluencia de familiares visitando a los residentes. Cuando fui a dar de cenar a Petra y Carmen, me fijé en Ramón y su hijo…….

 

Hoy Ramón estaba tranquilo y adormecido. No era habitual en él ya que es un hombre inquieto y a pesar de su inmovilidad iba con su silla por un pasillo y por otro. Como he comentado, estaba con su hijo. Éste estaba sentado junto a su padre, sonriente, mirándole con esos ojos azules intensos y cálidos, su mano acariciaba la espalda de Ramón que parecía entender los sentimientos de su único hijo cerrando los ojos y durmiendo plácidamente. Fueron unos minutos hasta que Ramón entró en el comedor a cenar, pero fueron los minutos más intensos que viví en la tarde de ayer. Me acordé de mi madre y  esbocé una sonrisa y unas gotas surcando mis ojos. A veces no hacen falta ni bombones,  ni flores, ni pañuelos de Dolce Gabanna, solo una caricia es suficiente.

                           


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed