El mojón

Por
Enviado el , clasificado en Cuentos
1083 visitas

Marcar como relato favorito

 

Un día Perote, se encontraba dando un paseo por el pueblo entre las estrechas calles que existen en la parte alta, algo que solía hacer a menudo a parte de hablar consigo mismo de lo correcto, o no correcto, según su punto de vista, o según su percepción, de lo que estaba bien o mal, desde que salió a caminar solo estaba deseando encontrarse con alguien que le escuchara y mantener una conversación con alguien que no fuera consigo mismo.

Se sentía cansado de hablar, entre su lado positivo y su lado negativo en esta mañana solitaria no había conseguido poner de acuerdo a ambos hemisferios, en su desarrollado cerebro, no cesaba de decirse si me encontrara frente a Pepe.

 Tendría la oportunidad de decirle, todo, lo que le me ha estado recomiendo de esa conversación mantenida consigo mismo,  pudiendo así desahogarse y sin pensarlo se lo diría pero su otro yo, le decía no te lo aconsejo que actúes tan bruscamente o así de directo y empleando palabras tan hirientes para que sí ya no tiene remedio.

Y de vez en cuando también sentía una vocecilla que le susurraba, no escuches a tus consejeras que ninguna de las dos son buenas, no, escuches a tu lado negativo, solo pretende provocarte para que no reacciones a mis respuestas directas.

Tengo que recriminarle y además me ha de responder el por qué los otros días movió  el mojón, que indica la separación sus propiedades y la mías, porque no quieres dejar salir esas palabras de mi garganta, las retienes, las modificas las ahogas y solo salen palabras penosas conformistas.

Quiero, necesito decirle tienes que reponer el mojón de nuevo en su sitio, pero mi otro yo, me dice no ves que no te escucha, no ves como se ríe de ti entre dientes, con esa sonrisa socarrona que apenas deja entrever, acaso no ves el brillo de sus ojos que te está diciendo, habla, di cuanto quieras, pero el mojón, se queda ahí donde está.

Déjame salir que pueda expresarme de la manera que hace tiempo que tendría que haber hecho, mira y aprende perdona Perote, estoy un poco cansado de que cada vez que a ti se te pasa por la cabeza, alejas más el mojón de lo tuyo y lo adentras más en lo mío cada vez  unos cuantos metros que quieres conseguir con ello, poder hacer mejor la maniobra de la maquinaria.

Perote le dice si persistes en ello no me quedara más remedio que ponerte una demanda judicial, Pepe le contesta no me importa, no me pasara nada, como ya sabes tengo muy buenos amigos y contactos realmente me da igual que me demandes o no, de todas las maneras no prosperara la demanda, si así fuera no me quedara más que tomarme la justicia por mi mano y te aseguro que entonces lo lamentaras.  

 Pepe le contesta amenázame todo cuanto quieras de todas formas no tienes nada que hacer, bien ya lo veremos si tengo o no tengo nada que hacer no te lo repetiré le responde Perote, si, mañana no está donde realmente la linde ha estado siempre la justicia seré yo.

Una vez dada por acabada la conversación, Perote se encontraba un poco desorientado la verdad no había prestado mucha atención, hacia donde se había encaminado se levanto y entonces se dio cuenta, que estaba sentado sobre el mojón y su otro yo, el sensato, el analizador, le dice muy pausadamente susurrándole al oído  no toques nada déjalo espera a mañana.

Al otro dia, se presento en las lides a comprobar de primera mano si lo había cambiado y viendo que todo seguía igual su yo sensato le dice ahora si que debes actuar, si no lo pones en su sitio tendrás de llegar a las manos le contesta, bien si es necesario se llega si hace falta.

Lo que realmente no se puede permitir en todo caso, es dejar que se salga con la suya y que siga pensando  todo le está permitido, bien, bien esperamos a mañana a ver qué sucede.

Nos encaminamos eso si esta vez con rumbo fijado hacia la casa, pero eso si de vez en cuando volvíamos al enfrentamiento dialectico entre lo correcto e incorrecto, al descuerdo entre dos voces amigas que están obligadas a coexistir una junto la otra, a pesar de tener una visión distinta en cuanto a la forma de expresarse ante los demás.

Pasados unos días el mojón se encontró colocado en el sitio que realmente le tocaba en la justa delimitación que para ello existía.

 

 

 

 

 


  

 

Ansanso 30/08/2017


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed