Compañera de trabajo, 3ª parte

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- Vale, está bien, mañana seguimos, dijo ella.

Nos despedimos hasta mañana y Tamara salió de la oficina antes que yo. Aproveché para mirarla mientras se iba, estaba impresionante... sus bonitas piernas imprimían al andar un grácil movimiento a todo su cuerpo. Fui a la ventana y esperé a verla pasar con el coche, cuando lo hizo apagué las luces, cerré la oficina y me fui a casa yo también.

Tamara estaba asombrada, iba conduciendo hacia su casa mientras no dejaba de darle vueltas a lo que había pasado en la oficina. Se había percatado de que Alex la miraba furtivamente el escote, no le importaba, es más se sentía halagada, ella era una mujer joven y bastante atractiva y tenía un cuerpazo... no era vanidad, sino que, era consciente de que era una chica guapa.

No le importaron las miradas, incluso cuando se dio cuenta de que el botón de su blusa estaba desabrochado y eso le permitiría a Alex ver parte de su pecho y de su sujetador.

Ahora entendía porqué Alex estaba empalmado, se había percatado de que su polla se mostraba erecta a través del pantalón y cada poco miraba con disimulo para ver si seguía empalmado.

Era agradable saberse deseada. Además había conectado muy bien con Alex, era su jefe pero no se comportaba como tal, sino que, era como un compañero y además amigo. No se ocultaban nada, eran sinceros y hablaban de cualquier cosa sin tapujos y aunque Alex era más mayor que ella, estaba bien físicamente, era un hombre que se cuidaba y pese a no ser una belleza, tenía su punto...

Todavía pensaba en ello; le había resultado raro el comportamiento de Alex y su marcha al baño le dejó desconcertada, aún no sabía como había cometido la locura de ir tras él y meterse en el aseo de mujeres a espiarle, procuró no hacer ruido pero cuando Alex comenzó a gemir, fue consciente de que se estaba masturbando y la guinda la puso, cuando en mitad de tanto gemido, soltó su nombre...

Salió rápidamente del baño para no ser descubierta, sabiendo que esta vez no había tenido tanto cuidado como cuando entró y se olvidó de sujetar la puerta.

Sentada en su silla, ya no paró de darle vueltas. Alex se había masturbado, seguramente al ver parte de su pecho, se habría excitado y como seguían sentados juntos, él seguía contemplando su cuerpo hasta que no había podido resistir más el pobre... por eso estaba ensimismado y sin prestar atención al informe.

 Tamara llegó a casa, necesitaba una ducha…...entró en su habitación y preparó su ropa, los dos primeros cajones de la cómoda estaban repletos de lencería, tenía unos conjuntos preciosos, le encantaba comprar lencería, sobre todo conjuntos con encajes y transparencias, odiaba la ropa interior vulgar, tenía de diversos colores desde los clásicos blancos, negro y rojo, hasta otros más atrevidos... azules, morados, rositas, etc... los tenía tanto con tanga como con braguita.

Eligió para después del baño una braguita negra de encaje y una camiseta de tirantes del mismo color, depositó las prendas encima de la cama y comenzó a desnudarse. Lo que vio frente al espejo le gustó, estaba desnuda y podía apreciar lo bien formado que estaba su cuerpo, no tenía nada de grasa, era un cuerpo atlético, tenia el culo pequeño y duro gracias al deporte que ejercitaba y sus tetas eran una pasada... una talla noventa y cinco, redonditas, erguidas, coronadas por unos pequeños pezones rosados con una pequeña aureola. Podía ir perfectamente sin sujetador.

No me extraña que Alex se ponga así conmigo, pensaba Tamara, si estoy ...

Había decidido darse un largo baño relajante, preparó la bañera con agua bien caliente, echó dentro unas sales de baño y encendió unas velas que guardaba para ocasiones como aquella. La atmósfera era ideal para relajarse.

Tamara estaba dentro de la bañera disfrutando del baño, pero su mente era incapaz de olvidar lo sucedido, continuamente le llegaban imágenes de Alex y de su polla tiesa, también recordaba perfectamente como había oído su nombre mientras él se corría de gusto.

Cerró los ojos y se dejó llevar... su mano buscó su sexo y empezó a acariciarse lentamente, primero sus labios vaginales, para más tarde encontrarse con su clítoris hinchado. Su otra mano se centró en sus pechos, pasando de uno a otro, se acariciaba los pezones hasta que éstos reaccionaron poniéndose duros de inmediato, estaba excitada y había decidido masturbarse.

La mano con la que se estaba acariciando los pechos, bajó hasta sumergirse en el agua y así, las dos manos empezaron la masturbación, una acariciando el clítoris y la otra introduciendo un par de dedos en su vagina.

Tamara comenzó a gemir de placer, el clítoris estaba hinchado por la excitación y con el roce de sus dedos sentía una descarga eléctrica que sacudía todo su cuerpo, su espalda se arqueaba por el placer que estaba sintiendo. Los dedos de su otra mano entraban y salían de su vagina a un ritmo frenético, el placer y el gusto que sentía eran indescriptibles…..el primer orgasmo llegó rápidamente, estaba demasiado excitada y no se hizo de rogar, gimió tan fuerte que de no haber sido porque vivía en una casa, se habrían enterado todos los vecinos.

-aaaaaaaaaaahhhhhhhh, gimió Tamara.

Lejos de parar, ella siguió frotando su sexo y al mismo tiempo sus dedos entraban hasta el fondo de su vagina, lo curioso para ella, es que ahora a la vez que se masturbaba, pensaba en Alex, en como tendría la polla, en como saldría disparado su semen al eyacular... en como sería hacer el amor con él. No daba crédito... estaba masturbándose como hacía tiempo que no lo hacía y estaba disfrutando de lo lindo, sentía un gran placer en ello y lo mas raro, es que pensaba en su compañero. Estaba empezando a sentir algo por él?

Sus manos continuaron sin descanso hasta que el segundo orgasmo llegó, Tamara arqueó la espalda y de su sexo comenzaron a salir chorros y mas chorros…...esta vez chilló de gusto y de placer.

- aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh, dioooooooooosssssssssss

Tamara quedo exhausta, tenía el clítoris dolorido y muy sensible, dejó de tocarse porque era imposible no sentir un relámpago en su sexo…...había sido un orgasmo brutal, suerte que estaba en la bañera sino habría puesto todo perdido. Hacia mucho tiempo que no se corría así, tan abundantemente. Se quedó pensativa un rato hasta que se dio cuenta de que había disfrutado mucho y que el hecho de pensar en Alex mientras se masturbaba, había sido una gran idea, aunque le asaltó la duda de lo iba a pasar con su amigo y como sería su relación a partir de ahora.

Al día siguiente, Tamara eligió un conjunto de ropa interior color berenjena y un vestido de verano estampado, muy fresco y ligero que le sentaba de maravilla. Quería estar guapa y sentirse cómoda, aunque lo que de verdad le importaba era causar una buena impresión a su compañero Alex y estaba segura que con ese vestido lo conseguiría.

CONTINUARÁ.........


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