Como Kioto se salvó de la destrucción

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Hace 70 años Japón se rindió durante la II Guerra Mundial.    Hoy surgen más teorías sobre por qué Kioto no recibió la bomba.

Pocas semanas antes de que Estados Unidos, preparándose para ser un poder hegemónico, frenado solo por Rusia y la futura URSS, lanzara el arma más poderosa conocida por la humanidad, la ciudad japonesa de Nagasaki no estaba siquiera en la lista de objetivos de la bomba atómica. En su lugar estaba la antigua capital del país, Kioto.

La lista la creó un comité formado por generales, funcionarios del ejército y científicos estadounidenses.   ¿Qué sentiría esta gente que estaba disponiendo de la vida de personas no combatientes y tesoros arqueológicos, ajenos a ellos?

Kioto, con más de 2.000 templos y altares budistas, incluidos 17 lugares Patrimonio de la Humanidad, encabezaba la lista.

"Este objetivo es un área industrial urbana con una población de un millón", se lee en los apuntes  de la reunión del comité.      Describían a la población de Kioto como "más apta para apreciar el significado de esta arma como artefacto".

"El ejército percibía Kioto como un objetivo ideal porque no había sido bombardeada en absoluto, por lo que muchas de las industrias y algunas de las fábricas más importantes se habían reubicado allí"

"Los científicos del llamado Comité de Objetivos también preferían Kioto porque era sede de muchas universidades y pensaron que la gente allí sería capaz de entender que una bomba atómica no es cualquier arma, que era un punto de inflexión en la historia de la humanidad",

En junio de 1945, el secretario de guerra Stimson ordenó que Kioto fuera retirada de la lista de objetivos. Alegó que era de importancia cultural y que no era objetivo militar.

"El ejército no quería retirarla de la lista así que siguió poniendo a Kioto en ella hasta finales de julio, pero Stimson acudió directamente al presidente Harry Truman”

De esto escribiría al ser apoyada su posición: "Fue particularmente empático al estar de acuerdo con mi sugerencia de que si no hay eliminación, el rencor causado por un acto sin sentido de ese calibre haría imposible que durante el largo periodo posbélico los japoneses se reconciliaran con nosotros en esa zona antes que con los rusos"

Fue entonces cuando Nagasaki se añadió a la lista de objetivos en lugar de Kioto. Pero Hiroshima y Nagasaki tampoco eran objetivos militares.

Y si bien Kioto quizá era la ciudad cultural más famosa, las otras ciudades también tenían bienes valiosos.

Parece que Stimson tenía una motivación más personal y que estas otras excusas eran simples racionalizaciones

Se sabe que visitó Kioto varias veces en la década de los 20 cuando era gobernador de Filipinas. Algunos historiadores dicen que fue su destino de luna de miel y que era un admirador de la cultura japonesa.

Por mucho tiempo, se creyó que fue el arqueólogo e historiador de arte estadounidense Langdon Warner y no el controvertido secretario de Guerra quien aconsejó a las autoridades no bombardear ciudades con un patrimonio cultural como Kioto.

Incluso hay monumentos en homenaje a Warner en Kioto y Kamakura.

Durante la ocupación de EE.UU. sobre Japón después de la guerra, hubo mucha censura en torno a las bombas atómicas. Decía Stimson que "Aprendimos suficientes lecciones de guerras anteriores sobre enemigos derrotados que te odian, así que cualquier estrategia mediática para que los japoneses creyeran que a EE.UU, le importaba Japón –ya fuera su gente o su patrimonio cultural– se veía como algo excelente por parte de las autoridades ocupantes".

Pero no sólo parece que al presidente Truman le importaba poco el patrimonio cultural de Japón, también describió ese país como "una nación terriblemente cruel y no civilizada en tiempos de guerra", y calificó a sus nacionales como "bestias" que no merecían honor ni compasión por el ataque sobre Pearl Harbour, sin aclarar que si bien el ataque fue japonés los EE UU hicieron poco para detenerlo, ya que con él se justificaba entrar en la guerra.

Este tipo de comentarios ha generado cierta especulación sobre Estados Unidos lanzó las bombas atómicas en Japón y no sobre Alemania por racismo: usar la bomba contra personas blancas podía ser visto como un tabú más grande que hacerlo sobre los japoneses.

En la actualidad, pese al sufrimiento que causaron, es bastante común encontrar a gente en Japón que dice que las bombas atómicas fueron necesarias para terminar la guerra.

Ante la presencia de este dicho de los propios afectados es patético hacer algún comentario.


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