al tercer toque de campana

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                                  AL TERCER TOQUE DE CAMPANA

          Tarde de otoño gris y lluviosa, como siempre en esta zona. Acabo de empezar el nuevo curso y estoy sola en mi habitacion de la residencia de estudiantes que hay en las afueras de la ciudad.

Soy nueva aqui. Espero a una compañera que he conocido esta mañana y hemos quedado para estudiar y seguir entablando amistad. mientras llega, observo por la ventana un gran lago y un precioso bosque que conecta con las primeras casas de las urbanizaciones. son las ocho y suenan las campanas de una iglesia que hay al otro lado del lago. Justo, a la vez, llaman tambien a la puerta.

Es la chica que he conocido esta mañana que acaba de llegar.

Nos han dado altas horas de la noche, nos lo hemos pasado muy bien, hemos congeniado, es muy agradable y parece muy buena persona.

Al dia siguiente quedamos para repetir la experiencia. Y asi fue, era muy puntual y al toque de campana de las ocho, justo al tercer toque, llamaban a la puerta. Alli estaba.

Pasaron los dias y nos hicimos muy amigas y a mi me vino muy bien para sobrellevar ese inicio de curso, siempre inquietante, esa vida en aquella gran residencia, pues me sentia muy sola y, la verdad, algo deprimida. Todos los dias quedabamos en mi habitacion, pero habia algo que me sorprendia: su puntualidad exagerada. Siempre al tercer repique de campana de las ocho, sonaba la puerta.

Y asi, todas las tardes. Pero un dia no llego. Eran las ocho, se oyen los toques de campana: uno, dos, tres, los ocho y la puerta en silencio, muda. 

A mi me extraño mucho, porque no me habia comentado nada, habiamos quedado como siempre y parecia muy formal. Le habra pasado algun imprevisto y no ha podido venir, me dije, mañana la vere.

Pero al dia siguiente tampoco se presento, ni al otro, no venia, pasaban los dias y no sabia nada de ella, no la veia por la residencia y no acudia a nuestra cita. La verdad es que, aunque habiamos congeniado, no sabia mucho de ella, de su vida, por lo que un dia y al seguir sin noticias, decidi ir donde la directora del centro.

Al preguntar por ella, miro un fichero y con cara de incredulidad, me dijo: si, esta chica estuvo en la residencia pero murio ahogada hace cinco años en el lago.

Me entro una especie de tiritona, todo el cuerpo me temblaba y cai sobre una silla que tenia detras. ¡No podia ser! Habia estado conmigo dias atras, tenia que haber algun error. Pero no,era cierto. 

Pasaron los dias, para mi vacios, con la cabeza ida, no me la podia quitar del pensamiento.

Una tarde en mi habitacion, a las ocho, las campanas suenan como siempre y al tercer repique, llaman a la puerta. Mi cuerpo se extremece, voy hacia la puerta pero mis piernas no me obedecen, como si no quisieran andar. Por fin llego... abro... y... ¡¡¡  es ella  !!!......AAAAAAHHHHHHHHHHH... un grito al unisono inundo la habitacion, las dos con cara de terror, yo no podia hablar y ella, a duras penas, balbuceando, me dijo....¿ Pero tu no habias muerto ahogada en el lago?


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