Un amigo de ayer

Ayer, antes que viniera a buscarme, escribí cuatro letras en un papel. Ayer antes de que fuera tarde, quise recordar, si podía. Ayer, antes incluso de saber nada, intuí el desastre.

      Ayer escribí que saldría a buscarte.

Hoy no sé quién soy, no sé si entro o salgo, no sé dónde voy ni con quien estoy hablando. No sé por qué escribo, ni sé que haré ¿cuándo?, ¿cuánto? Tendría miedo, si supiera que está pasando, no lo sé. No puedo recordar y estoy cansado.

Ayer, antes que viniera a buscarme, antes que me abrazara y me envolviera en su manto de oscuridad y desencanto, ayer. Ayer era alguien, hoy según me dicen, otro más de los muchos con Alzheimer, y sin reparo, digo que esto que hoy escribo será lo último. No sé quién soy, solo sé que he perdido.

Mañana no sé quién seré, ojala vuelva a ser el mismo, con mis defectos y virtudes, con mi dolor y mi cariño, conmigo. No con un extraño, que no sabe ni padece, ni vivo ni muerto, ni arriba, ni abajo.