Ojos dorados

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Ojos dorados

Ella siempre caminaba sola, se sabía diferente y lo era ¿qué la hacía diferente?  Tal vez que casi no hablaba, o que siempre sonreía…… o el color de sus ojos.                                                                                                                                     Hope era su nombre y era la última de su especie, ellas tenían los ojos de un color café claro, pero con la luz del sol se veían dorados. Descendían de una bruja que se separó del clan, por no haber querido hacer daño.

Personas con ojos dorados, solo Hope, a las demás las fueron matando una a una; a los hombres no los mataban, ellos tenían el oído muy desarrollado y eran los encargados de cuidar al grupo; eran capaces de oír el vuelo de una bruja, cuando descubrían una, cantaban en un tono tan agudo, que la pulverizaban.  

Ya no había hombres, todos murieron en el último ataque, pero ella sabía que podría defenderse; por ahora tenía trabajo, iba al asilo a ver a tres personas que por su edad y su enfermedad estaban por morir; las veía a los ojos, les quitaba el dolor, y recobraban la alegría. Ella iba a diario, quería que se fueran en paz.

De camino a casa pensaba en las palabras que su abuela le dijera antes de morir,  encuentra quién te cuide, debe tener los ojos de plata, pero Hope no sabía dónde buscar. Además conseguir alguien así, estaba segura que no lo encontraría.

Hope se consideraba un ser de luz, nunca se sintió como bruja, pero ¿sabría defenderse?

Una noche mientras dormía, la despertó un olor a sal, no podía moverse, estaba cubierta por ese polvo blanco y la sensación la quemaba, olía a azufre y el miedo la invadió, no era posible que el matarla fuera así de fácil.                                                                                                                                                                                                          El olor le daba asco, quería vomitar, no podía pensar en cómo salir de esa situación….. Intentaba calmarse, el olor no se lo permitía, de pronto oyó una voz que decía, eres la última y voy a acabar contigo.                                                                                                                                                                                                            Las palabras se clavaban en su cabeza, morir no le daba miedo, pero quién ayudaría a la gente. No podía pensar, nunca intentó ver de que era capaz.                                                                                                                                                   El tiempo se le acababa, Hope no quería morir, las fuerzas se la agotaban; respiraba lento y sentía cómo el olor la quemaba. Cada palabra que pronunciaba la bruja, era como una astilla ardiente dentro de su cuerpo.                                                                                                                                                        Sabes, decía la bruja, dejaré que mueras, me gusta verte sufrir y el olor a carne quemada; tal vez traiga a Soul, él nunca ha matado a alguien cómo tú, mmm….. Cenizas o polvo.   

Debía de actuar y rápido, sentía que la vida se le iba, reuniendo la poca energía que le quedaba decidió ver que más podía hacer, pensó en sus ojos, y se imaginó viéndose…. poco a poco el dolor desaparecía pero, y ¿la sal? Sentía la piel quemada.

Un gritó desvió su atención “–SOUL – ven, ven ahora mismo”-,  gritó la bruja.

Hope sentía que recobraba las fuerzas. En ese instante el cuarto se llenó de un olor a madera y ella lo vio en su mente, alto, musculoso y muy atractivo, pero lo que más llamó su atención fueron sus ojos grises.

Acaba con ella dijo la bruja, pero Soul tenía otros planes –espera madre- contestó, quiero ver sus ojos, se acercó a Hope y le pidió que los abriera, al hacerlo sus miradas se cruzaron, los ojos de él eran de plata y ella supo todo de él.

Mataba por complacer a su madre, cada muerte le secaba un pedazo de su corazón, y ahora solo le quedaba una porción muy pequeña. Él se dio cuenta de la fuerza que ella tenía y de su bondad, no le dio miedo, buscaba que lo mataran, el corazón se le acababa.

No te acerques –dijo la bruja-.

Descuida madre – contestó Soul- no hará nada, su madre replicó – MATALA- él  empezó a cantar, no podía desobedecerla; lo que él no sabía, era que al cruzar sus miradas los ojos de Hope se cargaron de tal energía que la cubrió por completo, evitando que el sonido la dañara.

Las vibraciones de la voz hicieron que la sal que se había convertido en una sólida capa, se quebrara, al ver esto la bruja gritó de coraje y decepción, su corazón (o lo que tenía en su lugar), se había estrellado al ver a Hope libre; la bruja cayó al suelo de dolor, cuando Soul la vio caer, dejó de cantar, su propio corazón no podía más y cayó.

Hope se acercó a la bruja diciendo – déjame ayudarte- pero la brujo contestó –NO-.

La bruja estaba en el suelo, le dolía el pecho, trataba de incorporarse, se le oyó decir - Soul ayúdame-, pero el pobre chico había caído al suelo al quedarse sin fuerzas, Hope corrió hacia él, quería ayudarlo.

Él le dijo – primero mi madre-

La bruja no dejaba que Hope la ayudara, buscó con la vista a su hijo y lo vio en el suelo, al verlo inmóvil pensó lo peor, emitió un quejido tan potente que los vidrios se rompieron, el dolor que le provocó la escena era indescriptible; la piel se le caía a pedazos, era cuestión de minutos que muriera, prefería eso a ver morir a su hijo.

Por primera vez Hope no sabía qué hacer, ¿a quién ayudar?

Se decidió por Soul, pensó un hijo siempre dará fuerzas a su madre. Se acercó a él, lo vio a los ojos y le quitó el dolor, siguió viéndolo y pudo con mucho esfuerzo sanar una pequeña porción de su corazón, se le oyó decir – sabía que me ayudarías-.  

Cuando él se pudo levantar fue de inmediato con su madre, Hope no lo pudo seguir, estaba cansada y la piel le dolía  

Soul decía –Madre  mírame, sólo mírame- , la bruja tenía la carne viva y apenas respiraba; en eso llegó Hope la miró a los ojos, le quitó el dolor y la tranquilizó; y pudo entender el porqué de su comportamiento, y le dijo a Soul – se recuperara, pero tendrá cicatrices-.

El chico se llevó a su madre lejos y Hope pudo descansar sabiendo que ya no le harían daño, mientras dormía oyó la voz de la bruja que le decía – gracias- por mí y por mi hijo, no habrá más ataques.

Al despertar la casa olía a madera, supo que él estaba ahí, y que seguiría ahí por mucho tiempo, ya habría tiempo para hablar.

 

 


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