No se que hacer,ni a donde ir,estoy sola
al borde de esta carreretera,que nos lleva a
la muerte en vida.
Mis dos hijas tienen hambre,venimos huyendo
de la guerra que arrasa nuestra tierra.
Me da verguenza mirarlas a los ojos,cuanto
amor hay en ellos y cuantas preguntas que
no soy capaz de contestar.
Segun los habitantes de mi pueblo,hay un lugar
al final de esta carretera,donde seremos bienvenidas.
Y donde quizas nos den algo de comer.
Pero estoy tan cansada,las pocas fuerzas que el miedo
me dio,se han agotado,por el camino.
Si viviera mi marido,el sabria que hacer,porque tuvo
que morir,en esa absurda guerra que no entiendo.
Nos dejo solas,para no volver,tengo miedo del mañana.
No me queda mas que seguir a esa carretera y rezar
para que lo que cuentan sea cierto.
Los grandes ojos oscuros de mi hija mayor,me preguntan porque,
y no se que decirle,su carita afilada,atras rellenita,a dejado
de ser la cara de una niña,para convertirse en la imagen
del hambre y del miedo.
Supongo que la mia no sera muy diferente,parecemos espectros
desaliñados y tan delgados.
Veo las costillas de mis hijas y me dan ganas de llorar,lagrimas que
ya no tengo.
La mas pequeña se aferra a mi pecho seco y vacio,como si en ello
le fuera la vida,ya hace algun tiempo que no tengo leche,para
alimentarla,solo bayas y algunas raices,que ha veces encontramos.
Siempre con miedo a los soldados,escondiendonos cuando a lo
lejos,creemos oir un camion o un coche.
¿Porque lo he perdido todo?,eramos felices en nuestro poblado,
la vida pasaba,al ritmo de las estaciones,hasta que un maldito
dia,encontraron piedras brillantes en nuestras montañas.
Llevaban ahi siglos y a nadie le importaba,hasta que llego
el hombre blanco.
Que se apodero de ellas y de paso destruyo nuestras tranquilas
vidas.
Tengo que levantarme y seguir,si nos quedamos aqui,moriremos
seguro,debemos encontrar ese lugar,antes de que sea demasiado
tarde.
----
Unos dias mas tarde,se encontraron tres cuerpos a unos escasos
kilometros del campo de refugiados de la zona.
Era una madre y sus hijas,tiernamente abrazadas,murieron
en el arcen de la carretera,murieron de hambre y de pena,
como perros abandonados.
Solo son tres muertes mas,que añadir a la interminable lista
que crece y crece sin parar.
Cuantas muertes mas somos capaces de asumir,por tener
un puto brillante engarzado en oro blanco,para tu dedo
amada mia.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales