Émile Boutroux en el baño I

NOTA: Serie de reflexiones a puerta cerrada (la del baño, para ser más precisos) de un personaje incierto, oscuro y decadente que toma el nombre del filósofo francés Émile Boutroux, sin tener nada que ver con él.

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Un hilillo de sangre cae desde mi boca al lavabo (malditas encías sensibles) mientras observo la cara de tonto que me devuelve el espejo. Hay días tristes, que a veces se convierten en prólogos de días más tristes aún, y uno no sabe qué rumbo tomar. Alguien dijo que a todo hombre desesperado su suerte le espera tras la esquina adoptando tres formas: bocadillo de chorizo, una furcia o una pistola cargada. Yo, por ahora, me siento en la taza preguntándome cúantas balas habrán en el cargador.