La Rabia - Lina

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Su conversación con Edu, le había abierto una nueva puerta, ya no lo veía todo tan negro, aunque podía ser peligroso. Aunque en definitiva lo de su amigo estaba claro, podría contar siempre son su madre y a lo mejor su hermana. El por lo visto hasta ahora, solo mirar y algunas caricias de la prima.

Hola Rami,

Hola Lina, cuanto tiempo sin verte, ¿Que haces por aquí?

A buscar a Eugenia

Muy bien, pues vamos a casa.

Eugenia, que no estaba en la casa, había dejado una nota explicando su ausencia y diciéndole a Rami, que la disculpara ante Lina.

No está, si te sirvo yo, estoy a tu disposición. - Le dijo el chico.

Siempre lo mismo, pero me parece que hoy lo va a lamentar, si me das un café con hielo hasta puede que me sirvas. - Y le guiñó un ojo.

Como estaban en la cocina, mientras Rami preparaba los cafés, Lina, se sentó en una silla y con el pretesto de no mancharse, pues era el uniforme, se subió la falda, - que era de tubo - dejando ver una generosa parte de los muslos, él al verla se puso tenso. Lina, al darse cuenta comenzó su acto de seducción, le cruzo las piernas con parsimonia y generosidad, cuando el chico le llevaba el baso; mientras saboreaba el café le miraba y sonreía diciendo lo bueno que estaba. Rami notó una excitación que aunque trató de ocultarla para ella no pasó desapercibida. Se levantaron al mismo tiempo para llevar los vasos al fregadero y Lina le rozó con la cadera.

¿Huy mi rey está malito? - Y le apretó la entrepierna, al mismo tiempo que le besaba en los labios.

Nooo yoo

Ven mi vida, hoy va ser un gran día para los dos. - Sin soltarle del paquete le llevo a la habitación de su madre, que ya conocía.

Le quito la camiseta besandole el pecho, le pasaba la lengua por las tetillas mordiéndolas, succionandolas, subía al cuello, a los lóbulos de las orejas, otra vez el cuello, a la boca donde las lenguas se unieron con violencia. Se apartó de repente y le volvió a besar esta vez con más fuerza, con las manos le desabrochó los pantalones tirando hacia abajo junto con los calzoncillos, le cogió la verga con una mano y mientras le seguía besando le dijo: “ tranquilo mi rey, tranquilo”.

Le tumbo en la cama con las piernas colgando a un lado y comenzó a desnudarse, Rami, que se quiso levantar, no le dejó poniéndole un zapato en la tripa y el tacón en la base del pene, Rami la veía como se quitaba la blusa, el sujetador, se soltaba el pelo, la falda, entonces le incorporó poniéndole las manos en sus caderas para que le bajara las bragas. Rami se quedo sentado frente a su sexo, ella le cogió por la nuca y le dijo: “Besale”. Y le beso, y beso tan dulcemente como sabía.

Lina se arrodilló entra sus piernas empujándole otra vez a la cama, “Y ahora mi rey, correte en mi cuando quieras”. Comenzando a lamerle desde la base hasta el glande, por un lado, por otro, se comía los testículos y le besaba hasta la punta, sin más la metió en la boca sorbiendo y haciendo unos movimientos circulares en la punta con la lengua, al siguiente movimiento Rami, empujó hacia arriba y ella se apretó más dejándose llenar por la leche del chico.

Lina, seguía acariciándole, al mismo tiempo le besaba en la boca, le hablaba en el oído, le estaba proponiendo un momento de relax, le tumbo en la cama todo lo largo que era y ella se tumbo de costado encima de él, con los senos encima de su cara que con solo mover los labios los podía morder, besar, lamer, con una mano le acariciaba la frente y con la otra le tocaba el falo desde la punta hasta la hendidura de los glúteos, haciéndole círculos en el ano. Pasado un tiempo Rami, comenzó a responder, ella se puso debajo de él, abrió las piernas y lentamente le bajo la cabeza hasta la entrepierna, se lo besaba, acariciaba, lo recorría con la lengua, hasta quedarse en el clítoris que lo tenía inflamado, le siguió lamiendo y con los dedos jugaba sacándolos y metiendolos,

Haaaaaay mi rey, aaaaaah... espera un poco, solo un poquito.

Le recostó en el cabecero encima de unas almohadas, se sentó en él a la altura de la pelvis dándole la espalda, con una mano se apoyaba en el pie del chico y con la otra le cogió la verga metiéndosela poquito a poco hasta llegar a la base, comenzando así su galopada. Rami veía como entraba y salía produciendole un deseo inesperado, la sujetó por las caderas acelerando los movimientos.

Mi rey no te quedes, no te quedes por...

Linaaaaa por Dios.

Lina, al mismo tiempo que se la sacaba, le pajeaba con virulencia, salpicándola en la cara, el pecho, la tripa y la mano. Le volvió a lamer hasta dejarle limpio; se ducharon y ya en la puerta le beso en los labios

Oye mi rey, con Eugenia ponle carácter, me ha contado los calentones que se trae contigo.

Continuará..


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