Analizando el resultado (Eutrapelia)

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Se había citado a todos los miembros de la hermandad, con la intención de comentar el desenlace de la primera misión. La citación remitida por el secretario, a cada uno de los miembros, hacía referencia a la preparación de la nueva temporada de caza y que, para ello, era imprescindible la presencia de todos los miembros.

Reunidos en torno a una mesita baja situada al fondo de la cafetería, entre unos sofás de piel; habían ido ocupando los asientos según iban llegando y pidiendo un aperitivo.

Cuando llegó Héctor, ya estaban tomando un tente-en-pié Juanito Berbois, Maximilio y Eduardo Soto. Se encontraban enfrascados en una acalorada conversación que, por la expresión, y el tono del rostro de Maximilio, parecía que les iba la vida en ello.

— ¡Os digo que no! —Dijo Maximilio. Elevando moderadamente el tono de voz. Os repito que los padres de esta crisis financiera hemos sido todos nosotros. Banqueros, empresarios y financieros. Incluso iría más lejos. Los que se autodenominan ciudadanos de “a pie”, también. Y digo hemos, porque en parte todos hemos hecho nuestra pequeña aportación que ha desembocado en el desastre actual. Nos hemos dedicado unos, a vender humo. Solamente nos ha movido el interés por incrementar el valor de las acciones de nuestras empresas, sin pensar, en que el valor real de las mismas, no experimentaba cambio alguno. Seguíamos teniendo lo mismo pero, quintuplicado su valor de forma artificial. Y los otros, endeudándose en demasía, con la certeza de que lo que hoy compraban, lo venderían en poco tiempo con un porcentaje muy provechoso. La economía ha funcionado por inercia y vivíamos, todos, de forma muy placentera. Para agravar aún más la situación, los bancos se han dedicado a dar crédito, alegremente, a las familias, sin calcular el riesgo que ello suponía. Ha bastado que alguien destapara el ánfora de Pandora[1], para que todos los males se hayan adueñado del escenario. Y nuestro presidente, al igual que la Pandora de la mitología, ha salido en nuestro auxilio diciendo que no estamos tan mal, que aún nos queda la esperanza. Y poco después la realidad nos saca del embobamiento, para decirnos; ¡la esperanza ha muerto!

Una de las consecuencias que más me preocupa, en cuanto a mi seguridad y la de los míos se refiere, es el incremento de la delincuencia. Que por si teníamos poca, ahora con esta situación de deterioro de la economía y, como resultado, el incremento en el nivel de desempleo, me temo, que se nos echarán a la calle hordas de delincuentes a cometer tropelías mil.

Justo en el momento en que llegó Héctor; tomó la palabra Eduardo Soto. Y tratando de calmar un poco los ánimos, pues Maximilio era muy proclive a los acaloramientos dialécticos, y ya le habían prevenido los médicos del riesgo que corría de morir de un infarto, le dijo...

— Amigo Maxi. Probablemente tengas razón. No voy a entrar en un tema tan aburrido para mí; no pretendo debatir en cuestiones de economía. Sé perfectamente que no llego a tus conocimientos sobre el tema. Pero te puedo asegurar, que sí soy capaz, de comprender que el incremento de la delincuencia nada o, muy poco, tiene que ver con el incremento del desempleo. Eso sería tanto como justificar, en parte, la perversión que mora en la mente de determinados individuos. Estoy convencido de que el delincuente nace y no necesita de situaciones extraordinarias para transgredir las leyes pero, yendo más lejos aún, creo que todos llevamos uno dentro. Os recuerdo lo que acabamos de hacer recientemente, con la aprobación de todos. Aunque hemos justificado plenamente la acción y, nos hemos constituido en jueces y verdugos; somos conscientes de que hemos infringido un montón de artículos del código penal. La cuestión estriba en que, al igual que nosotros justificamos los medios empleados, en aras de un fin noble. Del mismo modo, el que lleva la delincuencia en su mente como sistema operativo, justifica sus actos, porque de lo contrario, iría contra la primera línea de su programa, es decir, contra la razón de su existencia.

Cuando Eduardo terminó de hablar, ya se encontraban presentes todos los componentes de la hermandad. Habían permanecido muy atentos. Y en silencio. Escuchando la locuacidad de Eduardo; un hombre que no solía extenderse demasiado a la hora de exponer sus puntos de vista pero, que en esta ocasión, parecía encontrarse más inspirado que nunca.

Entonces, se levantó Maximilio. Y con tono solemne e imperativo, como si de un jefe militar se tratase, pidió a los asistentes, que pasaran al salón de los trofeos para comenzar la reunión. Una vez tomaron asiento, cada uno en el que tenía asignado, tal como mostraba la tarjeta que se encontraba frente a cada una de las sillas; con el mismo tono solemne, rogó silencio, pues Héctor había pedido la palabra...

—Debo poner en conocimiento de la junta; que el primer rececho[2]ha sido un éxito rotundo. —Dijo Héctor Aliaga, visiblemente satisfecho, por la consecución de nuestro objetivo; sin contratiempos. —Tal como te comenté, por teléfono, Maxi; una vez localizada la pieza, se realizó la aproximación con el viento a favor, para evitar ser detectado. Según me describió el cazador; el lance se hizo a la distancia adecuada y la pieza fue abatida de un solo disparo. Se ha completado el pago de la inscripción y podemos dar por finalizado el primer rececho. Haciendo uso del lenguaje de las monterías, tal como habían decidido, por si en algún momento trascendían de forma fortuita, lo que trataban en sus reuniones. Queda demostrado pues, que hemos dado el primer golpe y, por los titulares de prensa, la policía está totalmente desorientada. Podemos concluir, que la misión ha estado bien planificada, y magníficamente ejecutada por el batidor.

Ahora tenemos que esperar y ver cómo lo encaja nuestra comunidad. Este detalle es muy importante. Debemos estar pendientes de cuanto se diga en los medios de comunicación. Son ellos los que van a dar a conocer lo sucedido, que es uno de los objetivos que nos habíamos fijado; que la sociedad tome conciencia y se plantee el cambio que necesitamos y, a todos nos conviene, aunque nos tachen de déspotas. Al mismo tiempo que se hacen eco de la opinión pública, nos van a informar de los pasos que va dando la policía. Punto éste muy importante para nosotros, ya que nos marcará la pauta para futuras acciones....(Continuará)


[1](en griego antiguo Πανδώρα) fue la primera mujer, hecha por orden de Zeus como parte de un castigo a Prometeo por haber revelado a la humanidad el secreto del fuego.

 [2]Lacaza a recechoes una modalidad de caza que consiste en la búsqueda de un animal seleccionado por su trofeo, o simplemente la búsqueda de un animal para darle caza, efectuando luego un acercamiento sigiloso a la misma para darle muerte.


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