La última noche I

Por
Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
2254 visitas

Marcar como relato favorito

Mañana le diría adiós hasta Dios sabe cuando.

Era horrible saber cuando se marchaba pero no cuando volvería.

Le amaba. De verdad. Y no creo habérselo dicho las suficientes veces.

Quedamos después de cenar para pasar nuestra última noche juntos y a solas. Nada más verle mi garganta se encogió y se hizo un nudo y en mis ojos quisieron asomar lágrimas a las que no permití salir. Ya habría tiempo de llorar y sufrir por su marcha. De tener miedo a que algo malo le pueda suceder.

Ésta noche, se la llevará consigo para siempre y lo que menos deseo es que me vea débil.

Noel se acerca a mí ágil, decidido y me estrecha entre sus brazos. Le aprieto contra mí. Noto el calor que despide su cuerpo. Inhalo su aroma. Cierro los ojos y me empapo de él. Nos apartamos un poco y posa sus labios sobre los míos. No me cansaría de ellos nunca. Incluso con le sabor a vino que tenían ahora. Eran los únicos labios que había besado y los únicos que pensaba besar.

Tras un momento, me cogió de la mano y nos pusimos a pasear. Sin rumbo fijo. Porque no importaba a donde ir, sino, estar juntos.

Andamos cerca de una hora. Estábamos a las afueras del pueblo. Cerca de las viñas y los huertos.

- ¿Te parece ir a mi viña? Ahí nos podemos sentar y beber algo. Como estams cerca.- Añadí dudosa

Noel frunció el entrecejo menos de un parpadeo. Pareció perplejo. Dudoso. Pero aceptó.

Mi familia tiene una pequeña casa con lo más básico para cuando vamos a trabajar al campo. Es muy pequeña. Sólo tiene una pequeña cocina con chimenea y un saló con una mesa, unas sillas y un camastro donde echarse un rato a descansar. Y todo ello en el mismo espacio.

Llegamos y cogí la llave que escondemos en un árbol.

Allí hacía fresco pese a estar a mediados de verano, así que, con unos sarmientos encendimos la chimenea y después en unos vasos eché un poco de vino.

Estuvimos sentados charlando y riendo, evitando el tema de la guerra, el mañana,... sólo recordando.

Empecé a tener calor y me quite la chaqueta que llevaba. No era sólo cosa del calor que despedía la chimenea, sino que el vino se me empezaba a subir. Notaba también como hablaba más, las cosas que decía con poco sentido,un ligero mareo que me hacía flotar.

Y quizás fue esa sensación la que me hizo envalentonarme. Ya se me había pasado más veces la idea por la cabeza pero el año que viene me iba a casar. Ahora el futuro era algo incierto. Debía aprovechar el momento. Hacer caso a lo que el corazón me dictaba.

Quería entregarme ya no sólo en alma sino también en cuerpo a Noel. Él sabe que quería guardarme hasta el matrimonio pero ahora las cosas han cambiado.

CONTINÚA EN LA SEGUNDA PARTE. ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO. GRACIAS POR LEERLO.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed