Sara, Héctor y yo.

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Siempre soñé con hacer un trío, y allí estaba, con una hembra y con un hombre increíble.

A una chica joven como yo, moderna y experimentada, no le supone ninguna 'tragedia', más bien es puro éxtasis y erotismo.

Salí del baño con un conjunto sexy negro. Vi a Sara y a Héctor ya en la cama, y al parecer, yo era la única vestida.

Vi los voluptuosos pechos de Sara. Su melena rubia y larga surcaba su blanca piel. Llevaba los labios pintados con rojo fuego y los ojos negros, no tenía nada de vello púbico, por lo que le veía una rajita entre pierna y pierna.

A su lado estaba Héctor, un chico de mi edad moreno y con el pelo rizado, oscuro y corto. Sus ojos eran muy grandes y verdes, y tenía unas pestañas largas y oscuras. Más abajo, mostraba un torso con los abdominales bien marcados y un pene grande y erecto, con un condón ya colocado. Y ni un solo pelo.

Y luego estaba yo, pelo moreno y liso, labios rojos como Sara y el conjunto de lencería. Mis pechos, grandes pero con un triángulo pequeño de pelo en el pubis.

Me coloqué tumbada entre ella y él, y ellos me comenzaron a quitar las pequeñas prendas, dejándome a su mismo nivel. Héctor se quedó chupando y lameteando mis pechos, los succionaba y mordía dejando marcas de sus dientes.

Sara se quedó más abajo, en mi sexo ya húmedo. Chupaba, besaba y lamía mi sexo mientras que con sus manos jugueteaba con mi clítoris provocándome gemidos.

Yo mantenía mis manos en el cabecero de la cama. Se levantaron y se dieron un apasionado beso, luego ella bajó a su pene. Yo primero besaba a Héctor y luego me senté en la espalda de Sara y le toqueteaba los pechos, los manoseaba y acariciaba lentamente haciéndole retorcerse. Bajé y empecé a masturbarle, primero jugué con su clítoris y luego le introduje un dedo. Viendo que le quedaba más espacio, le introduje otro y los metía y los sacaba, mientras que en su interior, hacía movimientos circulares.

Me separé y vi como ella se sacaba ese enorme pene de su boca, dejando un hilo blanquecino entre sus labios y el miembro de él, Héctor se había quitado el condón.

Yo no pude esperar y me senté encima de él, follándole y haciendo botar mis tetas en su cara, el las lamía y mientras, Sara me toqueteaba mi clítoris o me besaba. Cuando sentí que estaba a punto de correrme, me separé, no quería acabar aún, me puse a cuatro patas y Sara toqueteó mi sexo, mojado y con mi propio líquido me hizo una entrada perfecta al ano. Héctor se mojó también el pene para que entrara perfecto y me penetró el ano. Ella se tumbó enfrente mía y le lamí el sexo, con dificultad debido al placer que me estaban dando desde atrás, pero proporcionándole gemidos.

Se corrió en mi boca y luego nos besamos. Héctor dejó de penetrarme y observó cómo me tumbaba encima de ella y Sara me metía los dedos en mi interior.

Yo fui la segunda en correrme, y entre las dos, le dimos a Héctor la mejor felación que le habían dado nunca, haciendo que se corriera en nuestra cara.

Una fantasía genial, y por fin pude hacerla realidad.


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