Me cambió la vida (Quinta parte)

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Olga apareció a eso de las nueve y media. Con un vestido muy ceñido y con un escote muy generoso que dejaba a la vista gran parte de sus pechos, tan apretados que uno podía imaginar que podría romper una nuez colocándola en
el profundo valle divisorio. En palabras más vulgares, parecía que tenía un culo en lugar de las tetas.
La cena fue muy amena. Olga es una mujer muy divertida. Y Mercedes demostró que la estaba pasando muy bien. Hasta llegaron a hacer chistes en alusión al busto de Olga que, dicho sea de paso, Mercedes miraba constantemente con bastante atención. Eso que ella también tenía lo suyo y, en algún momento, Olga se los alabó y hasta la felicitó por el culo que aseguró, y con razón, era más lindo que el de ella, cosa que hizo sonrojar a mi sobrina que evitaba mirarme avergonzada. Lo único que había faltado, y no crean que no se me pasó por la mente un par de veces, que se desnudaran las dos para
comparar sus atributos.
Terminada la cena, Olga y yo decidimos ver alguna película de las que colecciono, mientras que Mercedes, luego de los saludos de rigor y diciéndome que regresaría bastante tarde, se fue al encuentro de sus nuevas amigas.
Una vez que nos quedamos a solas, Olga y yo nos sentamos en el sillón frente al televisor. No pude dejar de acordarme de la noche anterior y lo que había pasado en ese mismo sitio. Me vino a la memoria la imagen de Mercedes durmiendo semidesnuda y sentí una repentina erección que traté de disimular cruzando las piernas.
- Qué tipo de película quieres ver?. Tengo de todos los géneros.
- De las puercas también?
- De cuales? porno?
- Tienes de esas?
- Sí. Tengo varias. Quieres ver alguna?
- Me da un poco de vergüenza, pero, aunque no lo creas, nunca vi ninguna.
- Bueno. Vamos a elegir alguna.
Y, dicho esto, me levanté y volví con una pequeña pila. Eran bastante variadas. Ella iba pasando una a una, hasta que encontró una con una mujer
muy tetona. Entonces, me dijo:
- Para no cambiar de tema, qué te parece si vemos ésta?
- Parece que quieres sentirte identificada.
Puse la película y volví a mi sitio en el sillón. La dama en cuestión resultó ser una joven mujer que iba de visita a la casa de unos parientes donde estaban velando al abuelo que se había muerto vaya uno a saber de qué.
Por lo que importaba....
La cuestión es que la rubia estaba muy compungida y varios de los presentes, incluida una mujer, la llevaban, uno por vez, a distintos lugares de la casa, para consolarla.
Evidentemente, la mejor manera de ahogar las penas era el sexo, ya que se revolcó con todos y cada uno, ya sea en la habitación principal, la de huéspedes, el baño, la cocina. Cualquier sitio era lo suficientemente cómodo para desnudar a la sufriente ninfa (se desvistió y vistió infinidad de veces) y colocarla en múltiples posiciones. Probó miembros de diferentes formas y tamaños, por todos los orificios de su cuerpo. Tragó mares de semen y hasta se deleitó saboreando el flujo de la vagina de la mujer con la que efectuó un cuadro de lesbianismo de antología. Sus ocasionales amantes eran
amigos, primos, el chofer de la familia, obviamente de color, con una verga descomunal que apenas le cabía la cuarta parte en la boca, aunque luego desaparecía totalmente dentro de la concha y la cola. Cuando vi semejante tranca, me preocupé temiendo que Olga hiciera comparaciones, porque yo la
tengo de un tamaño de lo que se dice normal . Pero, lo que más me impactó fue cuando se encontró en el baño con un tipo bastante mayor que el resto y le dijo - Yo soy el tío Peter, te acuerdas de mí? Yo te sentaba en mis rodillas. Cómo me gustaría tenerte ahora sentadita en mi falda , después de lo cual ella se sentó sobre el regazo de su tío, previo sacarle la pija del pantalón, enterrándosela hasta el fondo de su matriz. - Juguemos al caballito, tío, subiendo y bajando, haciendo desaparecer el falo una y otra vez.

La palabra tío actuó en mi mente como una filosa estaca en el corazón de Drácula. Mis días de paz y cordura estaban contados. Me vi a mí mismo en el lugar de ese hombre y a Merceditas subiendo y bajando sobre mi falda.
Eso me produjo una erección como nunca había sentido. La verga me dolía por la presión que ejercía sobre la tela de mi pantalón. En ese momento, giré mi vista hacia Olga y la vi con los ojos muy abiertos. No se perdía ni un detalle de la película. Una de sus manos estaba apoyada sobre su
entrepierna, aunque sin moverla, mientras pasaba la punta de la lengua por sus labios seguramente secos por la agitada respiración. Sin pensarlo dos veces, abrí el cierre de mi pantalón y liberé mi miembro de su calvario.
Tomé la otra mano de Gloria y la puse sobre él. Ella la apretó con tanta fuerza que me hizo doler y a poco estuve de eyacular allí mismo. Esta gran excitación no era por lo que veía en la película, sino era por lo que veía grabado en mi mente. Era yo cogiendo a mi sobrina. Sabía que, a partir de
ese momento, no iba a borrarse esa imagen de mi interior. Y sabía, además que no pararía hasta hacer ese sueño realidad.
Tratando de acomodar mis ideas a la realidad que estaba viviendo en esos momentos, hice salir la película del video, la que quedó a la vista después la guardaría-, apagué el televisor y, tomando de la mano a Olga la conduje por las escaleras hasta mi habitación. Dócilmente, se dejó
llevar. Ella subía delante de mí, contoneando sus caderas. A pesar de estar de acuerdo con ella que su cola era superada en belleza por la de Mercedes, debía reconocer que no había demasiada diferencia en ese sentido. Tenía un muy buen culo.

CONTINUARÁ........

Si alguna niña desea ser adoptada por mí como mi sobrina, escríbame a fjjcogh@yahoo.com.ar


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