LA VIDA HECHO SUEÑO

                                          LA VIDA HECHA SUEÑO

             La realidad puede albergar multitud de realidades, y una vida prolongada puede extenderse por unas cuantas posibilidades de existencias que podrían ser interpretadas de diversas formas, contemplada y vivida por sus distintas extensiones siempre que atiendan a la posibilidad de ser entendidas, permitidas, comprendidas o menos comprendidas, pudiendo llevarse a cabo.

Y que uno siempre trata de pretender aquello que siendo vivido e imaginado resulte o haya resultado más gratificante, pues son pocos los que quisieran castigarse inútilmente.

Que de seguirse alguna filosofía las tendencias no se inclinarían por el estoicismo, un vivir austero, de resignación y fortaleza, sino por un hedonismo en busca de placeres y carente de dolor.

Por lo que la vida puede atender a distintos pareceres, que cuando son compartidos pueden resultar de lo más positivo, y como decía John Lennon, que cuando un sueño es compartido es ya una realidad, que cuando no es así pueda uno sentirse poco satisfecho, incomprendido , o sentirse poco sujeto a cuanto es su mundo y contradictorio por cuanto uno desea y encuentra a su paso.

Pues deberían intentar las personas soñar y poder soñar, a veces por no sucumbir al pesar de su tristeza, e impedir siempre que sea posible lo que resulte perjudicial para dichas ensoñaciones. Habría, también, que intentar que dichas ensoñaciones sean positivas y posibles.

A pesar de que los sueños con el tiempo rara vez puedan alcanzarse en su gran dimensión o durante mucho tiempo, y que suelan variar con el tiempo. Sería aconsejable que los sueños de uno se lleven a la práctica, e intentar llevarlas a esa pequeña parcela de nuestra existencia. Habiendo de luchar por conquistar la realidad de dichos sueños. Y que dichos sueños deben quedar a parecer de cada uno considerarlos, seguirlos, compartirlos y juzgarlos.

Todo el mundo debería perseguir sus estrellas, esas estrellas soñadas, que además de ser deseo, deberían ser nuestro sentido y deseo. Y tan sólo cuando resultasen inalcanzables, pensar en otras estrellas.