El trato

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No veo nada, el pañuelo de seda que me he puesto en los ojos me lo impide, la respiración cada vez la tengo mas acelerada, la anticipación de los acontecimientos ya me tienen preparada para el y siento vergüenza. Estoy de pie, delante de la puerta de la habitación que he alquilado según sus indicaciones, visto solo con un tanga negro, un sostén, un fino salto de cama totalmente transparente y zapatos de tacón de aguja que empiezan a martirizarme. ¿Cuanto tiempo me hará esperar? ¿Como será? ¿Me hará daño?. Mis latidos son tan fuertes que puedo oírlos perfectamente en el silencio de la habitación, las preguntas se agolpan en mi cabeza y siento el deseo de salir corriendo. Deben haber pasado veinte minutos de agonía cuando escucho girar el pomo de la puerta, la piel se me pone de gallina y el cuerpo me empieza a temblar de forma visible, no se si siento mas miedo que excitación o a la inversa, pero me mantengo firme delante de la puerta, no me muevo, simplemente espero.

La atmósfera de la habitación cambia de repente, puedo percibir su olor, puedo notar su presencia, noto que me mira no a mucha distancia. Está detrás de mi, cada vez mas cerca, noto su respiración, roza mi cuello con la punta de su nariz y noto como su respiración me calienta recorriendo el contorno de mis hombros, rozándolos muy brevemente con sus labios. 

Se separa de mi con brusquedad, me siento perdida en la oscuridad por unos instantes, pero enseguida noto como empieza a recorrer mi pierna desde el tobillo, solo me roza con un dedo, muy despacio, esa lentitud hace que esté cada vez mas impaciente por ser suya, llega al interior de mis muslos y ya casi no me puedo mantener en pie, la excitación es muy alta, sigue subiendo tortuosamente lento, se que me quiere hacer sufrir, llega al vértice de mis piernas y nota mi humedad, quiere reprimir un gemido pero yo lo escucho, eso hace que mi cuerpo casi explote.

Aparta el tanga a un lado y recorre mi sexo muy suavemente, se entretiene muy brevemente en mi clítoris casi haciéndome correr, no puedo soportarlos mas mis piernas me van a fallar en cualquier momento, la excitación me invade y necesito que me penetre, mi cuerpo se sacude y emito un gemido que el percibe, noto como su postura cambia, se que me he saltado las normas y me invade el miedo.

Se levanta de golpe, se pega a mi espalda, con brusquedad me levanta y en brazos me lleva hasta una pared, me hace apoyar las manos abiertas, me abre las piernas. La humedad de mi excitación recorre mis piernas, no puedo evitar que pase, esa situación me está llevando al límite y quiero más.

Sin darme tiempo a pensar, noto como está detrás de mi y de una envestida me penetra, tan fuerte que las manos me fallan y caigo hacia delante golpeándome la cara, el me agarra del pelo y estira hacia el haciéndome gritar, me embiste una y otra vez, muy fuerte, noto como me llena con su gran miembro en cada embestida y mi cuerpo se retuerce de placer, desliza su otra mano hasta mi sexo y empieza a estimularme el clítoris, escucho como sus dedos chapotean con mi flujo, no voy a aguantar mucho, mi cuerpo se retuerce de placer, noto como se acelera su respiración, las envestidas cada vez son mas brutales, yo me dejo arrastras por el placer, el hace lo mismo, nos corremos de forma brutal los dos a la vez.

 El me aprisiona con su cuerpo contra la pared para que no caiga y cuando puedo recupero la cordura y dejo de temblar, se separa de mí muy despacio, me besa en la nuca y sale de la habitación.

Estoy de pié cara a la pared, sigo sin ver.


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