Un piojo viajero, un día aterrizo en una cabeza real,
iba este piojo a saciarse de la sangre del rey, cuando
de improvisto, se encontró, atado, con los ojos vendados
y amordazado.
Después de un largo camino, tropezando por todos lados,
sus captores de repente se quedaron parados.
Oyó una voz que decía.
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En esta historia intervienen, tres personajes.
P_Piojo viajero y malandrín
R_Rey de los piojos
Pr_ Princesa, hija del rey
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R_Quien ha sido el osado que ha infringido la ley.
P_mmmm...mmmmm...mmm
R_¡Quítenle la mordaza!, quiero oír lo que dice.
Una vez quitada la mordaza, solo me quedaba arrastrarme
y mentir como un bellaco para conservar la cabeza.
P_No sabia que estaba infringiendo, alguna ley, como
veréis soy un forastero, que viene de muy lejos, solo
buscaba un poco de comida y poder descansar.
R_Pues a mal lugar has llegado, soy el rey de estas
tierras y nadie salvo yo, puede chupar sangre de esta
cabeza real.
P_No sabia que hubiera piojos reyes.
R_Y no los hay, pero es tan buena mi sangre, como
la que chupo, así que soy el primer piojo real y tu me
debes consideración y respeto.
P_Disculpe mi ignorancia, vuestra majestad resplandece
como el sol, como no me he dado cuenta, antes de ello.
R_¡Cállate tunante!, que aun tienes los ojos vendados y no
me puedes ver.
P_La luz que su majestad desprende, atraviesa la venda como
una espada y me lleva a pensar, que estoy delante del sol
renovado.
R_¡Que le quiten la venda!.
En cuanto pude ver a la criatura con la cual estaba hablando,
no me había equivocado con mi intuición, era un piojo bajito,
lleno de granos y con una pinta de pulgón relleno, que daba mas
pena que risa, incline la cabeza y le salude con gran ceremonia.
P_Gracias o gran y poderoso rey, por permitirme admirar su
regio porte y su grandeza, pido humildemente perdón, por
haber infligido, la ley.
Pido benevolencia al mas grande de los monarcas, apelando
a la celebre clemencia, de su graciosa majestad y a su talante,
de gran gobernante.
R_Déjate de zalamerías y ¿dime de donde vienes y cual es tu
oficio?.
P_Este vuestro humilde servidor, viene de mas allá del mar y
es bardo, poeta y sanador.
R_¿Como te llamas?
P_Mi nombre es nadie, vuestra majestad y mis servicios podrían
serle de alguna utilidad, siempre y cuando lo deseéis.
R_Así que poeta y sanador, ¿por que habría de creerte?, malandrín.
P_Porque no osaría mentir al mas grande y sabio de los reyes, que
me fulmine el zz inmediatamente si miento.
R_No nombres al enemigo en mi corte y ademas ¿que sabes tu del zz.?
P_Se que las noches de luna llena, se extiende por sus dominios y
mata a todos los que están desprevenidos o dormidos.
Y si me permitís vivir puedo proporcionarle, un ungüento que le protegerá
del zz.
R_Eso es imposible.
P_Si me dejáis vivir hasta la próxima luna, yo mismo os lo demostrare.
R_Así sea, pondremos un guardia, que te vigilara, no debes salir del reino hasta
la luna llena, si es cierto lo que dices, te daré todo lo que me pidas, si
no lo es, no vivirás para contarlo.
R_Que lo alojen en las dependencias del palacio y darle con que saciar, su
hambre y su sed.
Me llevaron a un palacio, construido de plata y marfil, estaba asombrado
era magnifico, sus almenas se elevaban, unas cuantas alturas y su techumbre
brillaba como el oro.
El palacete rectangular tenia una torre en cada esquina, en lo alto de una
de ellas había una pioja, con una arpa entre las patas, quieta dejando que
el sol se reflejara sobre su cabello, como una cascada dorada, cayendo sobre
los ojos mas bonitos que había visto en mi vida, de ellos quede prendado.
Le pregunte al guardia quien era esa deliciosa criatura, me contó que era
la hija del rey y que estaba totalmente, prohibido acercarse a ella, bajo
pena de muerte.
Algo me decía que pronto conocería a aquella belleza, y así fue.
En mitad de la noche, un ligero carraspeo me despertó, allí estaba ella,
observándome atentamente, así que enderece las antenas y saque pecho,
Mi princesa se rio suavemente y me pregunto.
Pr_¿Sabes cantar?
P_Si, se cantar y también toco el arpa, no quisiera parecer, irrespetuoso
pero el guardia que hay delante la puerta, me ha dicho, que verla, llevaba
a la muerte.
Pr_Es cierto, mi padre es muy posesivo y te mataría sin dudarlo, así que
tendrás que hacer todo lo que quiero, si no quieres que le cuente, tu asalto
a mi virtud, que por cierto, estas tardando en intentar.
P_Perdonad vuestra majestad, pero me gestaría saber su nombre, antes
del asalto.
Pr_Me llamo igrassil y tu mi hermoso piojo, venido de allende de los mares,
cual es tu nombre.
P_Yo me llamo nadie y estoy aquí para servirla, en lo que fuera menester.
Pr_Pues ven a mis brazos nadie y hazme gozar, con tus abrazos y tu
fervor, mientras me cuentas al oído, tus aventuras.
Cuando por fin llego el amanecer, ella se fue, dejando este exhausto piojo
mas vacío que una bota de vino, en reunión de borrachos.
Debía buscar la manera de escapar de aquí, antes de la marea de zz, no
tenia ningún amuleto contra ella, era mentira, algo tenia que decir, para
salvar la cabeza, le tengo mucho aprecio.
Según lo que me dijo el guardia, aun faltaba un par de semanas, no tenia
mucho tiempo para montar un plan de fuga decente.
Mientras tanto debía cultivar el inusitado interés, que había despertado
en la princesa, debía tener cuidado, ella parecía estar mas loca que su
real padre, vaya familia, ¿donde estaría la madre?.
Mi oportunidad apareció cuatro días después, espere, haciéndome el dormido,
que la insaciable princesa se fuera y la seguí.
Resulta que se iba y venia por un caminito, que daba a unas escaleras, que
la llevaba a su torre.
No vi ningún guardia apostado cerca del caminito.
De ahí al tejado, solo había un paso y del tejado a la libertad, un saltito, nada
para un piojo sano y fuerte como yo.
Al quinto día de mi reclusión, el Rey reclamo, mi presencia ante el.
R_A ver, dime nadie, que necesitas, para este ungüento mágico, nada
demasiado exótico espero, porque mi real paciencia, tiene limites y tienes
que saber, que si lo que dices es cierto, te nombrare caballero y serás
un grande de entre los grandes, pero como me hayas engañado, acabaras
descuartizado poco a poco, empezando por las antenas.
P_Solo necesito un poco de zz, algo de niaspra, una pizca de caspa y unas
gotas de sangre de una virgen real.
Una balanza de precisión y con esto le haré el ungüento.
R_¿Cuanto zz?
P_Como un par de copas grandes, es muy importante, sin el, el ungüento
no seria efectivo y moriría sin duda.
R_No te preocupes, mañana tendras todo lo que has pedido.
CONTINUARA
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