Cesta de navidad

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En estas fechas es costumbre por parte de las empresas regalar una cesta de Navidad a sus escla… digo, a sus empleados. La mía me la dieron ayer, se trataba de una caja voluptuosa en la que en su interior descansaba dicha cesta, a primera vista vi en ella bastantes tipos de alimentos, una figura de adorno de Papa Noel y pasas secas.

Levanté la caja a pulso, por momentos sentía que en su interior debía haber ladrillos, piedras, y puede que algún que otro camión (remolque incluido). Me dispongo a irme a mi casa, con la caja como acompañante, pues nunca creí que iba a echar tanto en falta el tener coche... yo siempre había presumido ante el resto de mortales de no necesitar dicho medio de transporte, pues trabajo cerca de casa, o al menos eso era lo que yo decía, qué ingenua.... llevando este peso a cuestas mi casa parecía estar tan lejos que probablemente hubiera supuesto un atajo sacarme la carrera de ingeniería aeronáutica, convertirme en astronauta y subir a una nave espacial para llegar a ella.

Y ya sé, mis queridos lectores, lo que estáis pensando en preguntarme, y os respondo que no, imposible, olvidarlo, no podía pedirle a nadie de mi empresa que me acercara a mi casa, pues somos pocos,  y el compañero con el que me llevo “bien” está de vacaciones, y para pedir a alguien semejante favor solo estaba en la fábrica mi archienemigo (algunos los denominan jefes) y su fiel secuaz. Y antes de pedirles el favor opté por tomar la opción más sensata, madura e inteligente; llevar yo misma la caja aunque supusiera mi muerte segura.

Mejor no os describo el viaje,  fue como el que uno siente cuando se dirige a las tierras de Mordor a quemar el Anillo Único, pero sin Orlando Bloom. Bueno, finalmente llegué a casa, ocurrió en un tiempo mínimo de diez minutos y un máximo de trescientos veinte años. Dejo la cesta en el suelo de mi comedor y me dispongo a sacar todas las cosas con muchísima ilusión y no con menos indiferencia. Saco una botella..... saco otra botella, uhmmmm....  anda, otra botella!.... saco el dichoso adorno del puto Santa Claus, pero si tiene rota una de las manos! esta noche no duermo, prosigo sacando cosas de la cesta mientras seco mis lágrimas por el disgusto... Uhmmmm, una caja de polvorones, la caja indica que tienen 8.342 Kcal por cada 100 gr, maldita sea!!! estoy a dieta y quiero mantener mi línea, comeré solo 20 unidades. Veo un sobre, se intuye que en su interior se esconde un Christmas navideño, deseo abrir el sobre, siempre me he considerado a mi misma como una chica muy impaciente, nerviosa y de acciones rápidas, un cuarto de hora después abro finalmente el sobre y saco la postal, el dibujo navideño es feísimo, HORRIBLE, la imagen en vez de transmitir buenos deseos parece que quiere transmitir pesadillas y horrores nocturnos a todos aquellos que osen poner su vista en él.

Y después de sacar todas las cosas de la cesta observo mi alrededor, hay que joderse, mi comedor parece un puñetero vertedero, solo se ven plásticos, cintas y demás sucedáneos, parece que esas cosas las fabrican con el único y exclusivo fin de que se conviertan en basura para la humanidad. Para rematar la faena mi gato tiene la simpática ocurrencia de jugar con ellos esparciéndolos por tooooooooda la casa... Pero qué majo él....

 

Feliz Navidad a todos.

Mariposa_venenosa


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