Melissa

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
45467 visitas

Marcar como relato favorito

¡Oh Melissa!.

 

Cada noche, cuando el sueño empieza a agarrarme con sus dientes, una niebla se esparce por la habitación desprendiendo un perfume que me embriaga, apareces entre las nieblas, con un vestido blanco, tu cuerpo puede verse debajo del vestido, tus perfectos pechos, tus lindos y pequeños pezones duros rosados, tu hermosa vagina, tu pubis perfecto, tu pelo púbico, todo tu cuerpo levantan mi miembro duro, mis ojos no pueden dejar de verte, ver tu perfecta figura, tus ojos celestes, tu cara divina, tus labios pintados de ese color rojo excitante, empiezas a tocarte los pechos y eso me excita mas, tu mano se abre camino hasta tu pubis llegando hasta tu vagina, un perfecto placer visual, das una vuelta lentamente para que pueda contemplar tus hermosos glúteos bien formados.

 

La niebla se desvanece, y tu hermoso vestido blanco también, quedando completamente desnuda frente a mis ojos, te acercas lentamente hacia mi cama, te acercas a mi, te encimas sobre mi, empezamos a besarnos lentamente, la habitación se vuelve un infierno de placer, con llamas rojas y violetas, tus labios tan dulces, como si fueran miel, miel fina, empiezo a besarte el cuello y tu empiezas a gemir suavemente, disfrutas de mis labios acariciando tu cuello, al mismo tiempo mis manos se ponen traviesas, empiezo a acariciar esos hermosos y redondos glúteos una y otra vez, apretándolos suavemente, mi dedo empieza a volverse travieso, empieza a deslizarse por tu húmeda vagina, puedo sentir esa cueva tan cálida, las paredes cubiertas por esa humedad celestial, empiezas a disfrutar mas el placer, empiezo a masturbarte, tu empiezas a moverte un poco, se que tu lo disfrutas mucho, retiro mis dedos cubiertos de esa sustancia tan esplendida, empiezas a mojarte mas, mis dedos se vuelven mas traviesos, empiezan a pasar dando vueltas una y otra vez, por ese pequeño hoyo tan codiciado que tienes, esa pequeña salida de emergencia, empiezas a temblar mas de placer, empiezo a introducir mis dedos pervertidos en ese pequeño hoyo lleno de misterio, lleno de oscuridad, tan limpio, tan pequeño, siento como las paredes aprietan mis dedos dentro del hoyo, empiezo a hacerlo mas rápido y con fuerza, tu empiezas a gemir mas y mas, me dices que pare pero yo quiero seguir, bajas lentamente hasta mis piernas, tus labios empiezan a rozar mi miembro, empiezas a besarlo y poco a poco a lamerlo, finalmente a chuparlo una y otra vez limpiando con tu lengua cada parte de el, eres traviesa, como chupas mi miembro, mi miembro tan duro, me siento en el cielo, una sensación única que solo tu boca podría darme, finalmente mi jugo sale y tu te lo comes todo, no dejas ni una sola gota, mientras recupera energías empiezo a acariciarte, tocando todo tu cuerpo, tus pechos perfectos, tus pezones pequeños, como doy vueltas a tus pezones con mis dedos, se ven exquisitos, todo un bocado para boca, empiezo a saborear ambos una y otra vez, puedo sentir el calor de tu pecho, el placer que te inunda, empiezo a acariciar tu pubis, y lentamente tu vagina, empiezo a jugar con tu clítoris, tu empiezas a sudar, un sudor majestuoso, las gotas brillan dejando tu cuerpo con mas deseo, tu hermosa piel blanca resplandece ante mis ojos, empiezo a acercar mi cara contra esa cueva rosada tan deseosa, mi lengua quiere entrar en esa cueva, saborear cada pared, jugar con tu clítoris, mi lengua también es muy traviesa, y juega y juega por minutos, los minutos parecen horas contigo, finalmente te pones en esa posición que tanto me gusta, como la de un perro esperando a ser dominado, empiezo a hacer circulo con mi lengua en esa cueva tan pequeña que tienes entre medio de tus glúteos, mi lengua es traviesa, quiere llegar hasta lo mas profundo, y tu lo disfrutas, eres tan traviesa como yo, finalmente mi boca queda complacida de probar partes tan exquisitas y la calor aumenta.

 

Llego el momento, el momento de que mi miembro se hospede en tu hermosa vagina, lentamente llega, siento como la punta de mi miembro roza suavemente tu vagina, lentamente empiezo a penetrarte, tu lo disfrutas, tu deseas mi carne dentro de tan hermosa casa, puedo sentir como tu alma baila de placer, empiezo a hacerlo mas profundo y rápido, puedo sentir como tu corazón se acelera como el mío, como la calor aumenta en nuestros cuerpos, como el placer nos cubre con su manta, finalmente mi miembro disfruto de la visita de esa hermosa casa, es tiempo de que vaya a trabajar en lo que mas le gusta.

 

Mi miembro todavía no esta contento, es tiempo de que pase por el hermoso camino, entre medio de tan hermosas lomas, una y otra vez, sintiendo esa piel caliente, mientras mis manos aprietan esos hermosos glúteos, mis dedos saborean tan hermoso par de nalgas, pero llego la hora, la hora de pasar por el túnel, ese túnel oscuro y pequeño para tan gran y duro miembro, la punta llega a la entrada, se queda varada un tiempo para poder contemplar tan hermosa entrada, esa entrada tan apretada, tan perfecta, tan deseable, la punta de mi miembro disfruta tocar tan perfecta y pequeña entrada, con fuerza el tren arranca suavemente, tratando de pasar por el túnel, poco a poco va logrando entrar, mas y mas profundo, tu empiezas a gritar de placer, mientras dices que no lo haga, solo para incitarme a hacerlo con mas fuerza y deseo, el tren retrocede y avanza en largos kilómetros una y otra vez, sintiendo paredes tan apretadas y carnosas, tan bien construidas, tu gritas mas y mas, tu alma se cae al suelo llorando de placer pidiendo mas y mas, y mi miembro paseando por tus cavidades sin razón, solo por el paseo tan magnifico, tan mágico, tan lleno de placer inexplicable, poco a poco aumento la velocidad y la fuerza, tu empiezas a botar lágrimas, lágrimas de placer, gritas y gritas, pides que el viaje nunca acabe, hasta el momento en que llega el clímax, tu vagina empieza a chorrear de manera increíble, mi pene empieza a descargar su jugo con tanta intensidad, nuestras almas por un momento se tocan.

 

Finalmente todo llego a su fin, mi miembro satisfecho se desprende de tu dulce culo suavemente, mis manos dejan glúteos tan divinos en paz, dejando marca tan perfecta en ambos glúteos, ambos nos acomodamos en la cama y nos abrazamos juntando ambos pechos, nuestros pezones se tocan, y tu no dejas de abrazarme.

 

Llego el momento, el momento que nunca quiero que llegue, el momento en que te vas, empiezas a desvanecerte lentamente, mis manos empiezan a llorar, llego el momento en que te vas y finalmente desapareces, mi corazón se pone triste, pero se que volverás la otra noche, y que siempre te recibiré todas las noches como esta.

 

 

!Oh Melissa¡

como quiero que existas.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed