Una Cena Gourmet

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Estábamos mi novia y dos parejas amigas disfrutando de una cena amena, luego de charlar de cine, trabajo y política alguien mencionó la palabra fantasías...

...ese disparador hizo Ana confiese que Diego, su novio, es un gran amante y que cada sesión de sexo con él es excelente... 

Hasta ahí, todos nos miramos y pensamos, y la fantasía?

Entonces, luego de una pausa prolongada miró a Carla y dijo... -supongo que tú coincides conmigo-, en ese momento hubo cuatro miradas cómplices, Ana, Diego, Carla y Pedro, mientras que Eli y yo quedamos perplejos y empezamos a pedir más detalles.

Carla tomó la palabra y lejos de confirmar la excelencia de Diego detalló: -En general coge muy bien pero ayer podríamos decir que sólo uno de los polvos fue excelente, el otro dejó mucho que desear–

-Ah, no, cómo es eso, te parece bien dejar insatisfecha a mi mujer?- Preguntó Pedro riéndose.

Ya el clima estaba súper cargado de excitación y los ratones paseaban por la cabeza de todos y, a pesar que Eli y yo somos inexpertos en esto de la libertad sexual consentida en la pareja, también estábamos muy movilizados, solo faltaba alguien que encendiera una mecha para que todo ardiera y esa fue Ana, defendiendo el prestigio de su hombre propuso –Bueno, parece que tenemos dos opiniones diferentes, yo digo que Diego coge excelente y Carla dice que no es siempre así. Propongo lo siguiente: -y si sumamos una tercera opinión que desempate el asunto?-

Todas las miradas se cruzaron, Ana miró a Eli desafiante, Diego la miró con deseo y yo miraba a ambos como tratando de absorber la propuesta. Un minuto en silencio y todos terminaron mirándome a mí, aparentemente esperando mi opinión… - Yo amo a Eli y por supuesto me encantaría que disfrute a pleno, siempre que ella desee hacerlo- agregué. Mi novia se levantó, me besó con fuerza y tomó de la mano a Diego para alejarse con él a una habitación contigua…

Permanecimos los cuatro charlando y tomando unas copas aunque mi mente moría de curiosidad…luego de unos 10 minutos empezamos a escuchar unos jadeos entrecortados, efectivamente Eli estaba gozando, un minuto después el gemido se transformó en un grito de dolor y silencio… finalmente la voz agitada de Eli se escuchó a lo lejos y dijo –Fran, mi amor, podes venir?-

Me levanté y tomando coraje fui a ver disfrutar a mi mujer con otro. Él estaba sentado en una amplia silla muy firme y Eli dándole la espalda estaba bien clavada en su verga, él la sujetaba por sus hermosas caderas, era como si quisiera inmovilizarla y apretarla contra su miembro para moverse lentamente y hacerle sentir cada centímetro de carne caliente. Ella abrió los ojos, me sonrió y me dijo –Si te gusta los que ves, te quiero desnudo y disponible para mí, Diego me está haciendo gozar como loca pero mis tetas son muy sensibles, me hizo doler, ayúdame a acabar mi amor…- Ante semejante súplica no me hice rogar, me desnudé y mostré una erección inmensa producto de este gran momento.

Empecé acariciándola y besándola profundamente, nuestras lenguas se mezclaban y llevaban la calentura al extremo. Mientras Diego seguía dentro de ella me puse a chuparle sus pechos, lento, con esmero y apretándolos como a ella le gusta, con placer pero sin dolor.

-Te gusta mi vida?- le pregunté, ella solo respondió – No hables, no pares mi amor – Diego le susurraba al oído, -que puta resultaste Eli, como te gusta la pija y no te alcanza con uno, quieres volar? – Si por favor, no paren- gemía ella…

Yo, siguiendo con mi manoseo en sus tetas poco a poco me fui arrodillando quedando frente a la concha cogida de mi mujer y, visto a esa distancia observaba los movimientos de una verga bien gruesa dentro de ella. Fui acercando mi lengua a su clítoris y lo comí con desesperación mientras Diego le abría sus labios para que tenga mejor acceso y que pueda ver bien como la penetraba.

Eli me agarraba la cabeza con fuerza para que no deje ni un instante de lamer su clítoris, casi me ahoga contra su cuerpo sudado de placer, su vagina inundada de flujos de excitación recibía la humedad de mi saliva que corría hasta los huevos de Diego. Yo la tocaba y llevaba ese mar de excitación nuevamente a sus tetas, frotándolas y acariciándolas, no pudo mas… muy bien penetrada, con el clítoris lamido con esmero, las tetas lubricadas de nuestros jugos y cuatro manos yendo y viniendo por su cuerpo…

…llegó al clímax, con un grito de placer ensordecedor que no solo deben haber escuchado nuestros amigos, seguramente muchas vecinas estarían envidiando ocupar su lugar… nos detuvimos un momento y Diego y yo nos vimos nuevamente sorprendidos. – Por favor, un poquito más…suplicó Eli-

…Seguimos unos cinco minutos así, Diego le besaba el cuello, el lóbulo de oreja, la penetraba con más fuerza casi dejando la marca de sus dedos en sus caderas, yo alternaba tocando sus tetas y su clítoris… ella soltó mi cabeza y empezó a sobarse los pezones dándome libertad, aproveché y metí mis manos entre su cuerpo y Diego, agarré con fuerza sus nalgas apretando mis labios contra su vagina...en ese momento empiezo a sentir temblores, sus cuerpos unidos parecían colapsar, Diego estalló dentro de ella y Eli acabó nuevamente, esta vez su grito pareció dejarla en trance, sus ojos quedaron en blanco y prácticamente estuvo al borde del desmayo.

Nos separamos los tres y nos quedamos un rato sin habla, recuperándonos. Fuimos al baño, nos duchamos todos juntos y Eli viendo que solamente yo quedaba sin acabar, me dio la espalda, -Penétrame- me dijo al tiempo que empezó a mamar la hermosa verga de Diego. Obviamente con semejante experiencia y viendo de vuelta lo perra que puede ser mi novia, a la cuarta embestida la llené de leche. Se incorporó, la abracé, me acerque a su oído y le dije... –No hace falta preguntarte, obviamente fue excelente, te amo putita- Ella asintió y me dijo –Por supuesto amor, pero para hacerme sentir así no alcanza con Diego solo, soy Tu puta, gracias por permitirlo, te amo…-

Nos vestimos y nos sumamos al resto y ella con una gran sonrisa les dice a todos, -LA EXCELENCIA EXISTE, solo hace falta saber encontrarla, chicas, cuando quieran prueben lo que Fran y Diego juntos pueden hacer, no se van a arrepentir.


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