Detrás de la puerta

Por
Enviado el , clasificado en Drama
2993 visitas

Marcar como relato favorito

Eran las tres de la mañana del viernes, no había salido con mis amigos porque no tenía muy buen humor. Estaba mirando la tele, una película que no entendí bien de que se trataba, mis ojos estaban clavados en el televisor, pero mis pensamientos estaban en otro lado.

Golpearon la puerta, mire el reloj e imagine que sería alguno de mis amigos que venía a insistirme de que salga, mire por la mirilla pero estaba oscuro, no se veía nada.

 -¿Quién es?-

– Soy yo-

 Quede helada al escuchar eso, se me hacia familiar esa voz, no sabía dónde la había escuchado antes,  no sé qué fue lo que me sucedió, me comporte completamente irresponsable, la persona detrás de la puerta no me había dicho su nombre pero de todas maneras abrí la puerta, sentí un impulso que me obligaba a hacerlo por más que no quisiera.

Al abrir esa puerta, el que se encontraba del otro lado podría haber sido cualquier ladrón, violador, asesino, etc. Pero no, no era nada de eso. Entro en mi casa,  sentía que lo conocía, había una conexión muy rara, fuerte, pero nunca antes había visto esa cara, aunque si esa mirada; tenia ojos verde cielo, una mirada muy intensa y una voz gruesa y dulce.

– Estefanía porque me has dejado entrar a tu casa, si no sabías y sigues sin saber quién soy-

 De repente volví a actuar con impulsos, esta vez me dirigí hacia la cocina y le serví un vaso con agua, después de dárselo me asuste, no sabía porque había hecho eso, era como si alguien hubiese estado actuando por mí.

 - ¿Aun sigues sin saber quién soy?-

Se acomodó en mi sillón mientras le decía que no con la cabeza.

 – Te daré una pista-

Me tomo de la mano, su piel estaba helada, parecía muerto, pero eso era imposible porque lo estaba viendo, le conteste enfadada.

- sigo sin saber quién sos, tus pistas no me sirven-

 Seguía actuando sin saber porque.

 – No seas tonta, piensa, mírame, ¿no has visto nunca este rostro?-

- Jamás-

 – Sí que lo has visto, millones de veces-

Se vinieron a mi memoria imágenes mías de cuando era chica, cuando tenía 6 ó 7 años.  Pero quede callada.  

– Que triste que no te acuerdes de mí, ya sé que ha pasado mucho tiempo pero me prometiste que nunca me ibas a olvidar, y yo creí en tu promesa, pasamos tantos momentos juntos, que pensé que serían inolvidables –

 Se me empezaron a caer las lágrimas.

 –Tengo frío-

Se sacó su pulóver y me lo puso a mí.

 -¿Enserio no me recuerdas?-

- Vos no existís-

 Creo que haber dicho eso lo ofendió, pero no recuerdo que paso después, si es que algo paso. Solo sé que eran las diez de la mañana cuando abrí los ojos y me encontraba en el Sillón, me di cuenta que todo había sido un sueño…

Pero llevaba puesto el pulóver,  en la mesa estaba el vaso de agua que le serví junto a un papel que decía   “Me gusto verte de nuevo, has crecido demasiado, y aun que ya no te acuerdes de mí, tenés que saber, que los momentos que viví con vos fueron los mejores. Si existo. Gracias por imaginarme una vez más.”


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed