Mano Negra. - Capítulo 16

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En ese instante, se incorporó a la conversación el chico rubio.
- Pues tu cara a mi me suena bastante, ¿a ti no Alan?
- No lo había visto en mi vida.
- Yo sé que lo he visto en alguna parte...
- Pues no sé, yo a vosotros dos no os he visto nunca,-comentó Will-.
- ¡Ah, ya sé! ¿Tu no eras amigo del fallecido Louis?
A Will se le cambió la cara.
- Es verdad,-dijo Alan-, que era amigo del doctor Mcwire, ¿lo conoces?
Mientras hablaba, un perro se coló en el local a lo que Ricky, intervino.
- Mierda de perro, todos los días se cuela. A ver si lo podéis echar de aquí.

Tan rápido como pudo, se levantó de su asiento y llamó al ascensor entrando él primero. Desde allí hizo gestos al chucho para que se viniera con él y justo cuando se iba a cerrar la puerta, los otros dos chicos corrieron hacia el ascensor sin poder atraparle.

Will salió corriendo del ascensor lo más rápido que pudo y comenzó a huir.

Ya estaba entrando la noche cuando detrás de Will aparecieron Alan y su acompañante corriendo como unas balas.
- No escaparás maldito cabrón,-gritó el chico rubio-.

Como Will estaba más adelantado, subió una pequeña cuesta y se escondió en un mini parque que estaba rodeado de mucha vegetación.

Al subir la cuesta los dos perseguidores y no encontrarlo, se cabrearon aún más si cabía.
- Mierda. Se nos ha escapado joder.
- La culpa es tuya Alan. Si lo hubiéramos cogido desde un principio, nada de esto habría pasado.
- ¿Qué querías que hiciera? ¿Montar un numerito en mitad del local? No fastidies.
- Parecía que te querías hacer amigo de él. Valiente maricón estás hecho...

- Mejor será que nos vayamos. No quiero darte un guantazo en plena calle,-dijo Alan-.
- Jajaja, uy, que ahora el nene se ha cabreado.
Mientras ellos caminaban por donde habían venido. Will salió de su escondrijo y corrió en sentido contrario.

Sin embargo, Alan miró por casualidad hacia atrás y vio corriendo a Will.
- ¡Está ahí! Pit, corre, vamos a pillarlo.
- Joder macho. ¿Vais a dar los dos mucho por culo?
- ¡Corre Pit coño!

Pero ya la distancia que les separaban a Will de ambos perseguidores era demasiada como para poder pillarlo. Sin embargo, Will siguió corriendo buscando un lugar seguro donde esconderse hasta que se encontró con una casa abandonada. Era el lugar perfecto.

Sin embargo, al entrar pudo comprobar que la casa no estaba sola y abandonada. Había alguien que estaba ahí antes que él, pero... ¿quien era?

Una voz femenina comenzó a hablar hacia Will.
- ¿Will? ¿Eres tú?
- ¿Amanda? ¿Qué haces tú aquí?
Ambos se fundieron en un fuerte abrazo.
- Esa pregunta debería hacértela yo a ti.

- Jajaja, tienes razón. Uf, qué cansancio tengo encima. 
- A ver, relájate un poco y cuéntame, ¿qué es lo que te ha pasado?
- Uf, espera... ¡Ay! 
- Respira tranquilo, no tienes nada que temer aquí.
- Cuando salí de hablar contigo, comencé a dar vueltas y al final acabé en Eugi's, donde trabajaba el año pasado. Saludé a mi antiguo jefe y tal. Al rato, vinieron dos chavales y empezaron hablar conmigo, pero de repente uno de ellos me dijo que mi cara le sonaba.
- ¿Y tú lo conocías?

- ¡Qué va! No lo había visto en mi vida hasta ese momento. De repente el otro chico me dijo que era cierto, que me había visto junto a Louis y el doctor. En ese momento supe que venían de parte del doctor Mcwire...
- Ese hijo de... ¿Y qué hiciste?
- Comencé a correr como alma que lleva al diablo y me metí en un pequeño parque y los despisté. 
- ¿Y cómo es que has acabado aquí?
- Porque cuando no miraban y se iban a ir salí corriendo en dirección contraria a ellos y uno se dio cuenta de que me estaba escapando y vino tras de mi. Aunque estaba lejos, tuve que seguir corriendo y de repente vi esta casa abandonada y ahí me encontré contigo.

- Menuda suerte has tenido en encontrarme. Ven, acompáñame que te voy a esconder.
- Guau, un sótano. ¿Vives aquí?
- Sí... más o menos.

Al bajar las escaleras, Blake los esperaba ansioso. Se dirigió hacia Will y le comenzó a ladrar y a lamer.
- Ey chico, ¿cómo estás Blake?
- Will, no sé qué es lo que le pasa contigo pero es que tiene adoración macho jejeje.
- Yo es que soy muy fácil de querer.
- Ya seguro... 

- Will.
- Dime Amanda.
- Estaba pensando en que te quedes aquí a vivir conmigo.
- ¿A vivir?
- Me sentí fatal esta tarde cuando me dijiste que estabas sin casa y que volverías a la calle y teniendo en cuenta que te están persiguiendo, me siento obligada a cuidarte.

- ¿Me lo estás diciendo en serio?
- Totalmente Will.
- Oh, muchísimas gracias Amanda. No sé cómo te lo podría agradecer.
- No tienes por qué darme las gracias.

- Amanda, este gesto significa mucho para mí. Dame un abrazo.
Will se abrazó fuerte a Amanda y sonrió de buena gana. De repente le vino el olor del perfume de ella y lo aspiró.
- Que bien hueles Amanda.
- Gracias Will, jejeje. Nunca me lo habían dicho.
- Para todo hay una primera vez, ¿no?
- Jajaja, tienes razón. Mira, son más de la 1 de la noche, debes estar agotado. ¿Me acompañas que te voy a enseñar tu cuarto?
- Vale.

Amanda cruzó el salón y entró en una de las puertas que conducía a un dormitorio individual.
- ¿Te gusta Will?
- Muy bonito. ¿Lo has decorado tú?
- Sí, bueno, entre Eddie y yo...
- Ah. ¿Vivíais juntos?
- Sí.
- Amanda... lo siento mucho.
- Muchas gracias. Siento mucho yo también lo de tu amigo.
- Bah, él se lo buscó. Yo también tengo parte de culpa y me siento mal por lo que ocurrió.
- Pues no tienes por qué sentirte mal, tú no apretaste el gatillo, fue tu amigo.
- Ya lo sé pero... es una sensación que tengo en mi interior.
- En fin, te dejo que descanses. Hasta mañana Will.
- Hasta mañana Amanda.

Amanda salió de la habitación y dejó solo a Will, para que se cambiara y se acostara. Ella, mientras tanto se puso a juguetear con Blake. 

Al cabo de 5 minutos, fue a ver si estaba dormido Will y, efectivamente, estaba frito.
- Pobrecillo,-pensó-, ha debido de pasarlo fatal...

Entonces, Amanda se fue hacia las escaleras y subió al piso superior y se asomó por la ventana. Ahí comenzó a dislumbrar a dos chicos discutiendo a voz en grito.
- Will no mentía; decía la verdad.

Amanda se retiró de la ventana y sacó su móvil, marcó un número y seguidamente colgó.

Al cabo de un par de minutos, unas sirenas de policía se escucharon acercándose y ambos tipos comenzaron a correr intentando huir de allí.


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