Reencuentro de un día de Agosto

Te veo y te recuerdo,

A pesar del tiempo, a pesar de la distancia… Ahí estas, con la sonrisa de siempre y la mirada luminosa, saludando cuando logras verme.

Mientras cada paso me acerca, los días, horas y minutos pasados van quedando atrás…

Tu cabello cae como si la noche se hubiese vuelto tormenta y la tormenta catarata, que se estrella contra la pálida suavidad que poseen tus hombros y tu espalda…

Tanto tiempo, y aún así contengo un respiro…

Tanta distancia, y aún así mi pulso cambia…

Un abrazo surge, sólo para comprobar que de verdad estás ahí, porque de repente todos esos años me parecen tan pesados, todas esas horas tan largas, todos esos minutos tan eternos, esperando que seas tú, tú y nadie más…

Y sonríes, y caminamos…¡¡Y no sé qué decir!!

Porque… ¿Qué se puede decir?

Estás aquí y… ¿porqué decir algo?, si lo que quiero es escucharte, recordar esa voz que hace tanto no escuchaba y cuyo sonido extrañaba sin saberlo, que lo que quiero es saberlo todo de ti una vez más, quiero encoger todos esos años tan vastos y esas horas tan lentas, resumirlas sólo en las palabras que surjan de tu boca, sólo esperando que estés bien y que seas feliz…

¿Para qué hablar? Si lo que quiero es robar unos segundos a este día y perderme en tus ojos, como hace tanto que no lo hago, cómo hace tanto que había olvidado cuanto me gustaba hacerlo…

Y de repente te despides de nuevo, porque el viento te lleva, porque las nubes te reclaman y la noche te espera… te despides con una sonrisa y te vas entre tantos otros pasajeros…

Y también me despido, robándome un poco de tu voz, tu mirada, tu caminar y tu sonrisa para poder llevarlas conmigo… y no me siento triste, ni lamento no haber tenido un poco más de tu tiempo…

Sólo sonrío mientras regreso a la lluvia y sus nubes, porque te he visto y ahora de nuevo… te recuerdo.