A Escondidas con mi profesora (3)

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
11454 visitas

Marcar como relato favorito

* Después de dos años retomo esta serie de relatos ficticios que tuvieron éxito, ¿qué habrá pasado con ese alumno y esa profesora? Disfrutad. *

 

 

Hace dos años os conté mi aventura con mi profesora. Aunque ya no es mi profesora puesto que yo ya termine mis estudios, la sigo en instagram y veo cómo sube esas fotos tan... Es mi perdición.

Si os soy sincero, ya no tengo novia, puesto que se enteró de lo ocurrido, lo del embarazo solo fue un susto, pero lo que si os tengo que contar es que me está utilizando a su antojo. Os cuento.

La última vez que tuvimos sexo, o como se pueda decir aquel paisaje abrumado por la pasión, deseo y sobre todo, por ese morbo... Aún sigo pensando en su tremendo culo, en sus piernas... En esa MILF de la que yo pude disfrutar, fue como mi Srta Robinson. Pero volviendo al tema principal, desde la ultima vez que turismo sexo, no nos hemos vuelto a ver en persona hasta esta noche.

Profesora: Buenas... Mira sé que han pasado dos años y que ya no hablamos pero me gustaría preguntarte algo. ¿Por qué no vienes esta noche, te follo, y dejas de pensar en mí como haces todas las noches? ¿Por qué no dejas de darle me gusta a mis fotos y me das me gusta de otra forma?

Quedé atónito, ¡era ella de nuevo!, ¿cómo sabía que la deseaba tanto? Por qué vuelve a aparecer en mi vida... Por qué me tiene loco... Por qué es tan sumamente sexy... ¿Recordáis? Esas curvas, esas piernas suaves, sus ojos... Sus labios, su mirada penetrante, y sus poses tan eroticas... Le contesté a m perdición...

Yo: Vaya... Cuánto tiempo profe... No me queda más remedio que pensar en usted, y créame que tengo la galería con todas sus fotos de instagram, obvio que la deseo.

Profesora: ¿No te da morbo? Te tiraste a tu profe... A esa que siempre mirabas distraído... En qué pensarías...

Yo: Me da mucho morbo con solo pensarlo, y de la manera que fue,  a escondidas, en su estudio,  me sentí un privilegiado. No obstante, no andaba distraído, en clase solía pensar cómo sería besarla, como sería estar dentro suya...

Profesora: Debo confesarte algo, a veces, los profesores estamos hablando de Socrates a la vez que pensamos en ese alumno tan... Interesante. ¿Deberíamos quedar no crees? Han pasado dos años y ya no es un delito lo quiero hacerte...

Guau, ¿ya no es delito?, jamás lo pensé... ¿Qué pretende hacerme? No lo sé, la verdad es que yo si se que hacerle, después de dos años... Tengo más práctica.

Yo: No sé qué quiere hacerme Profe, aunque quizás le guste lo que aprendí de forma autodidacta mientras usted seguía dando clase a otras generaciones y yo tuve que irme, echo de menos mirarla, o que me cruce las piernas cuando se ponía en frente mía, quiero recordarla, quiero follarte Profe,

Profesora: Ya sabes dónde estoy, a las 10 de la noche, se puntual...

Por supuesto que fui puntual! En sus clases jamás llegue tarde y hoy no iba a ser una excepción.

Llame a su estudio, me recibió con los mismos leggins que se puso la primera vez, ahí me di cuenta que quería recordar aquel año, aquel momento. Había alcohol de por medio, esta vez no fue champán, fue un vino, no recuerdo la marca, era fuerte, pero te dejaba ese sabor a madera... Quizás sea la metáfora perfecta... El vino y ella, conforme pasan los años más impresionantes esta. A sus 41 años me detuvo en seco, me quito la copa, la tiro al suelo, me besó, la bese y el universo explotó.

Se balanceó sobre mi, la puse en la , encima de ella, besándola por todo su cuerpo, que suave, que sexy... La bese por el cuello, detrás de la oreja... Bajé, iba desnudándola poco a poco, de vez en cuando volvía a besarle por el cuello, se volvía loca cuando le hacía lo que le hacía, aunque aún quedaba lo mejor.

La agarre de las muñecas y la deje inmóvil, quería besar sus pechos, al descubierto, perfectos, redondos, los besaba y veía como se endurecían, luego seguí bajando hasta que llegue al sitio donde solo yo pude llegar hace dos años y otros compañeros no pudieron, la bese, su respiración se agitaba y sus pies me rodeaban con firmeza y tensión, se mordía los labios, cerraba con fuerza los ojos, gemía, resoplaba con fuerza, estaba pidiendo a gritos que entrara en ella y yo como buen alumno, le introduje mi pene, entraba y volvía a entrar en ella, quería borrar el limite entra ella y yo, dada vez con más fuerza, más rápido, cada vez gemía ,as y más alto, me agarraba de pelo con fuerza, me rodeaba con sus piernas cada vez más fuerte hasta que llegó al climax, de repente toda su energía y la mía se esfumó, nos quedamos rodeados, yo seguía dentro de ella, durante media hora seguimos rodeados...

Ahora estoy en mi apartamento, contaros lo que sucedió esta noche, esta vez fue distinto... Jamás se quedo abrazada a mi... Jamás me quede abrazado a ella... He de dormir, espero que no pasen otros dos años hasta poder tener contacto con mi perdición, espero que no sea así porque hay algo en mi que está pidiendo a gritos volver a verla. Mi diosa, diva, mi Srta Robinson, mi perdición.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed