Denunciar relato
Tengo un gato blanco
muy tierno
de ojos relucientes.
Me busca en la oscuridad
cuando me escondo
por las habitaciones,
pero siempre acaba encontrándome.
Salta sobre mi regazo
sus patitas se acomodan
y su naricilla recorre mi piel.
Me ronronea al oído.
Casi parece que me habla.
Le gusta que le acaricie
se queda quieto, muy quieto
cuando deslizo los dedos
por el pelo de su nuca
por su lomo sensible.
A veces me provoca
quiere jugar conmigo,
sabe que no me puedo negar
a sus besitos húmedos
a su restregar de cabeza.
Y le regalo
mil sonrisas
porque me hace feliz
cuando me nota triste
en noches de luna llena.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales