Respeto a cualquier hora

Volvíamos con mi esposa de la Praça das Águas cuando nos detuvimos al lado del semáforo, justo cuando cambiaba a rojo, entonces nos quedamos esperando que pasara un  automóvil que se acercaba en ese momento. Pero el conductor, a pesar de estar habilitado por la luz verde, se detuvo antes de las líneas transversales para el paso de los transeúntes y nos hizo señas para que pasáramos; agradecimos la gentileza con gestos de cabeza y pasamos a la otra vereda. Y una vez del otro lado, todavía sorprendidos, nos dimos vuelta para observar al vehículo que seguía su camino. Yo miré la hora: eran las dos y media de la mañana y nosotros éramos los únicos que andábamos caminando a esa hora. La ciudad se llama Boa Vista, estado de Roraima, Brasil. 

                                                             Fin.