Sin pasado

Según Georg Chistoph Lichtenberg sin el recuerdo de la salud pasada en la juventud, siempre que haya sido buena, no se percibiría el cambio cuando al envejecer la salud consista en convivir con algún tipo de enfermedad permanente. Al enterarse de esto, aquel millonario que vivía recluido en su fortaleza y continuamente aquejado por una persistente enfermedad de por vida, que no viene al caso mencionarla, decidió romper con su memoria del pasado. Cada año acudía a un centro especializado de neurología donde le borraban toda la memoria sobre los acontecimientos del último año vivido. Para él la vida era tal cual es percibida por cualquier animal, sin noción del transcurrir del tiempo; y así, sin saber nada sobre su pasado, su enfermedad era la única salud conocida y de este modo no se quejaba de su suerte. 

                                                              Fin.