SU LADRONZUELO.

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SU LADRONZUELO.
En lugares con unos cien habitantes.(ahora ni veinte) Si unos vecinos no se hablaban eso lo trasladaban a sus hijos para  fomentar odios entre ambas familias.
Esto hizo que  una muchacha y un muchacho, tanto por parte de el como de ella, no se dirigen la palabra. Huir uno del otro mirándose con odio sin comprender el motivo.
El muchacho encontró medio lapicero en la calle, se lo quedó sin decir nada a nadie, una vez que lo necesitó lo llevó a la escuela, al verlo la chica lo reconoció. Dice a la maestra que  se lo  había robado llamándole ladrón en plena clase, abochornado ante la clase juró vengarse cuando la pillara sola por tan falsa mentira.
Ese día llegó. Se enzarzaron en una discusión, ella le escupió a la cara afirmando que se lo había robado que ella no lo había perdido, eso ya fue demasiado. Se lanzó sobre ella, la tiró al suelo y alguna torta le dio y un tirón de pelos. Empezó a llorar como una Magdalena,  la levantó diciendo que si le podía perdón eso estaba olvidado. Se abrazó  a el llorando jurando que jamás lo volvería a decir y quedarían como dos buenos  amigos.
 La cosa cambió al encontrarse otra vez en el campo solos.  Ella le llamó ladronzuelo. Desconcertado se lanzó sobre ella cayendo los dos al  suelo, ella con una sonrisa le abraza  diciéndole que era una  broma, que no la pegue cosa que el no hace. Su amistad salió muy reforzada de ese trance.
Eso le  gustó a los dos, Desde ese día procuraban encontrarse lo más posible solos y repetir esos juegos como unos cachorros que aprenden por puro instinto No hubo nada de sexo. Él era un pobre pardillo y ella más o menos en ese tema. La vida los separó. El marchó a trabajar, tardó  años en volver al pueblo. Ella también se fue. Pasaron unos  cincuenta años en volver a coincidir con ella en la fiesta del pueblo.
Al verse se le saltaron las lágrimas a los dos, dándose unos abrazos y besos.(de abuelos) Ella le llamó su ladronzuelo, él su querida y recordada embustera.
 La vida cambió mucho, ya no hay contactos cada uno va a su bola. Solo quedan los recuerdos de esos tiempos tan inocentes, con carencias de todo tipo, pero muy recordados de mayor que jamás volverán.


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