Pensando en mi querida amiga

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Sola en mi habitación y un poco aburrida, pensé en jugar un ratito yo misma...

Encendí el portátil y lo coloqué en mi cama. Pensé en buscar porno, que triste, vi solo un par de videos,  que lógicamente no me excitaban nada. Normal... todo tan irreal, tan frío. 'Llegas a tu casa, abres la puerta y dos negros te esperan desnudos, ¡no te sorprende en absoluto! te acercas a ellos sonriendo y le comes la polla'. Todo muy lógico.

Barajé distintas opciones y opté por leer, dejar un poco de margen a mi imaginación e indagar en los deseos sexuales de miles de personas. Encontré una página en internet de relatos cortos y comencé a explorar.

Me pareció interesante descubrir como tantas personas coincidíamos en nuestras pequeñas fantasías, incluso algunas que sorprendentemente descubrí aquel día y ni siquiera pensaba  que pudieran alguna vez rondar por mi cabeza.

Comencé a leer una historia entre dos amigas que se enrollaban entre ellas, sonreí levemente al pensar en la mía, Paula. Me reía de ella cada vez que la veía desnuda y le veía su constitución corporal. Tenía unos pechos pequeños pero correctamente en su sitio , al contrario que los míos mucho más voluptuosos, un culo pequeño y respingón muy acorde con su cuerpo pequeño y delgado y lo que más gracia me hacía era su sexo, el gran clítoris asomaba entre sus labios exteriores. Nunca había visto otro igual.

 Dios mío, inconscientemente pensé en lo hinchado que se debería poner aquel clítoris al estimularlo. Me excité, un calambre bajó desde mi pecho hasta mi vagina que poco a poco comenzó a humedecerse.

No sé en qué momento comencé a fantasear, pero me sumí en mi propios pensamientos y acabé pensando en ella y en una pequeña aventura de fruto de mi imaginación.

 Era sábado, teníamos unas copas de más y empezamos bailar, como cada fin de semana, reímos y lo pasamos genial. Finalmente a altas horas de la noche le ofrezco quedarse en mi casa para no tener que conducir hasta la suya con alcohol en el cuerpo. Al desnudarnos para ponernos los pijamas comenzamos a 'hacer las gilipollas', saltar en la cama pellizcarnos y reír con media borrachera encima como habitualmente. Uno de los pellizcos se desvían sin querer y le rozo un pezón, ella con cara de pícara y de broma se acerca y me dice:

- Cuidado, que me pones cachonda.

Lógicamente me lo tomo a broma y continuamos con la retahíla. Ahora es ella la que me lo toca a mí y sin darnos cuenta estamos allí de rodillas en la cama y pellizcándonos los pezones casi gimiendo de placer.  

Empiezo a masajearme los pezones mientras pienso todo eso, y mi mano como si vida propia tuviese , baja hasta mi clítoris y empieza a manosearlo con deleite.

Mientras tanto en mi imaginación ella me besaba con algo de vergüenza, hasta que más tarde los tapujos se marcharon a otro lugar y comenzamos a disfrutar realmente.

Me tiende boca arriba con las piernas abierta y comienza a besarme el sexo suavemente y a sacar su lengua para lamérmelo . Casi exploto.

Paro un minuto de fantasear con Paula, abro los ojos y me dirijo al armario a buscar algo que pueda saciar mi sed de sexo. Lo más apropiado que visualizo es mi pequeño desodorante 'Roll On'  estoy tan excitada que con ese pequeño aparatito me conformo. Vuelvo a mi cama y me lo introduzco suavemente con poco esfuerzo debido a mi gran humedad, mientras con la otra mano muevo mi clítoris de un lado a otro.

Ahí sigue ella, comiéndome el coño mientras chillo de placer. Se coloca buscando su propio placer encima mía formando un perfecto 69.

Aparto su tanga hacia un lado y ahí lo tengo,  su sexo húmedo encima de mi cara. Paro a observarlo y sonrío. Es ese mismo clítoris enorme que siempre me resulta tan curioso y sin pensarlo lo chupo. Sabe muy bien. Jamás pensé que pudiera hacer algo así, y he de reconocer que me encanta.

Me introduce sus dedos y yo repito la misma operación.

¡Oh dios mío, que gustazo! Estoy a punto de correrme y ella se adelanta. Me quedo asombrada cuando unos grandes chorros de fluidos caen sobre mi boca y resbalan por mi cara mientras grita descontroladamente.  He visto eso otras veces en alguna que otra peli porno de esas cutres que me pongo algunas veces en el PC, creo que lo llaman Squirt.

Me corro al escucharla, lo hago a la vez en mi fantasía y en mi bonita realidad, tumbada encima de mi cama con ese pequeño desodorante azul claro, impregnado de mis fluidos. Sonrío al pensar en ella lamiendo mis piernas para recoger mi líquido.

Y agotada en la cama abro los ojos y susurro muy bajito, casi mentalmente:

- Pues sí querida amiga, me corrí pensando en ti.


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