NOCTURNO

Percibo la noche fría.

Me arropo con prendas de algodón

para acallar mi fuerte aflicción.

Fluye mi monotonía.

Cual gélido me siento

buscando su frágil cuerpo desnudo

entre sábanas blancas. Quedo mudo,

maldigo ese momento.

Dejó pávida el lecho

impregnado de su suave perfume,

que su olor, fragancia, se difume,

que muera su despecho.

He perdido sus caricias,

sus besos, y su loco frenesí,

todo aquello que de ella presumí,

incluso sus delicias.

Atónito, mustio, paseo

tras la sombra oscura de su amor,

busco su ardiente cuerpo, su candor,

pero muere mi deseo.

Tronad, voces del cielo,

mirad mi triste corazón partido,

su fulgor, su dulzura, se han perdido,

ella quebró su vuelo.