Travesía

Por
Enviado el , clasificado en Drama
1708 visitas

Marcar como relato favorito

Estas semanas he estado un poco ensimismado, algo aislado, no muy habitual en mí. Cuando me dieron esa noticia, no lo supe asimilar y mucho menos no lo creía.

Melvin un compañero de la secundaria había fallecido, ¿producto de qué? No lo sabía por el momento, solo llegue a saberlo mediante un Mail de Cristina que me había enviado y contenía estas palabras;

- un compañero nuestro ha dejado de existir entre nosotros, ahora él está ausente pero siempre vivirá en nuestros corazones, lo recordaremos como un muy apreciable chico, algo tímido pero con un gran corazón, siempre con su caminada soñolienta que nos hacía reír, ahora solo nos queda recordarlo como fue, hoy estaremos todos los compañeros que lo conocimos acompañándolo en este último día de su partida.

La música dejo sonar en los auriculares, mis ojos quedaron plasmados en aquel mensaje, mi alegría se disipo. No puede ser! Me dije-   como paso –

Deje todo y me puse a pensar, intente comunicarme con Cristina para saberlo bien, le pedí que se conectara, le escribí apresuradamente, que había pasado con Melvin.

Ya no nos veíamos hace mucho, ni bien terminamos el colegio… recuerdo bien el ultimo día de clases hicimos un intercambio de regalos, chucherías que hacíamos, una pequeña fiesta de despedida ya que no hubo promoción, todos no abrazamos deseándonos buenas palabras, y luego termino todo.

Él vivía cerca a mi casa, como a dos cuadras, siempre cuando nos encontrábamos por ahí, nos dábamos una palmado en la espalda y yo le decía ¡como estas tío!… solo respondía hay en lo oscuro. Decía así, porque él era un amante del Heavy metal, vestía casi de negro, con unos botines negros en charolados, y unos pantalones bien ceñidos característico de él.

En el salón no era un alumno, rebelde ni mucho menos presumido era un compañero normal, le decíamos cachetón, obviamente porque tenía unos enormes cachetes, pero no se debía a que era gordo, más bien era muy escuálido. Nos sentábamos casi terminando los asientos con Jean y Bruno, éramos una pequeña pandilla azuzada siempre buscando de quien copiar la tarea a última hora, y así miles de anécdotas memorables que podía tener de él.

Desde aquel suceso en donde Melvin dejo de existir he soñado muchas veces con el infierno, a veces en mis sueños lo he visto allí, rogando por su vida. Pero al despertarme no quería recordarlo, me decía a mí que no había soñado eso y me ponía hacer otras cosas.

También he soñado con el cielo, veía como descansaban muchas personas…pero no estabas hay…

Puta madre Melvin porque antes de suicidarte no pensantes en ser santo, en dejar esa mierda, quizás te hubieras ido al paraíso… no puedo asimilarlo amigo, sé que estas lamentándote… déjame decirte que si pudiera te sacaría de ahí… pero sería en vano… ya no estas…

Sé que muchas veces has hecho pacto satánico, no sé con qué espíritu de mierda hablabas. Que querías que yo lo conociera, pero te mande a rodar, y te dije no creo en estupideces y te ibas.

Tu mamá está sufriendo mucho, llora por ti, por la mierda que has hecho, y como te has ido. Todos le han dicho que estas en cielo, pero ni tú te lo creerías.

Ahora ya conoces al gran hombre de la cola roja y los cuernos salientes que te ayudo a pelear.

Desde que te ahorcaste con tu correa metalera en tu cuarto, he pensado en que tenías en ese momento, que mierda habías fumado, o quien te estaba poseyendo…

A veces para recordarte solo prendo a Led Zeppelin, y en cada chillido te recuerdo.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed