Doblegando a la tristeza

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Todos tenemos nuestro camino medio labrado, unos con surcos,otros preparados. Suspiramos, nos desilusionamos,sufrimos, nos desesperamos,incluso tiramos la toalla.

Qué sensación de impotencia, cuando te embriaga la tristeza, no logramos ver la salida de esa penumbra que se hace eterna.Busca su hueco para permanecer mucho tiempo, minándonos, dejándonos si fuerzas,exprimiendo nuestra energía.

En éste momento, abandonamos el abono de nuestro camino, los surcos se hacen inmensos, nos sumergimos más y más y el esfuerzo para allanarlo, es extraordinariamente agotador.

Tendremos que cambiar nuestra actitud, no podemos permanecer en éste estado de oscuridad, debemos impulsarnos, esforzarnos, quién mejor que uno mismo para doblegar a la tristeza. Todos somos conscientes que es una ardua tarea, máxime cuando nuestra energía está agotada, pero NO  es imposible.

Una vez superamos, un poco, ese mal tramo del camino, comenzamos a rememorar otros momentos que han sido dulces, agradables, alegres... hay ocasiones que olvidamos incluso de que existen esas espléndidas sensaciones y estados de ánimo.

Por fín, va desapareciendo la pesadumbre y agradecemos éstas ocasiones de respiro, que se traducen en maravillosos momentos de alegría, sonrisas, y satisfacción, nos sentimos tan bien, que deseamos compartirlo con todo ser que se acerque, en realizar deseamos que lo sepan, estoy alegre, me siento feliz, miradme, vuelvo a sonreir.

Mientras dure.....  a disfrutarlo.

 


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