Convaleciente, se enamoró en el hospital

Manuela era una joven, que un día se puso muy mala: con un dolor intestinal que le era muy difícil de soportar. Su familia alarmada, rápidamente al hospital la llevó y allí después de hacerle unas pruebas, comprobaron que tenía apendicitis, con lo cual, con urgencia la intervinieron quirúrgicamente, saliendo bien de la operación. Aunque tuvo que pasar en el hospital unos días, hasta su recuperación definitiva.

Mientras que estuvo convaleciente, a veces le atendía Silverio, un enfermero del cual se enamoró y a este también le gustó ella, aunque no se atrevía a decírselo; sin embargo, fue Manuela la que rompió el hielo y en un momento dado que estaban solos, se atrevió a decirle  que le gustaba mucho y Silverio le contestó, que también le gustaba ella. Desde ese momento siguieron comunicándose los pocos días que Manuela estuvo allí, si no era en persona cuando él trabajaba, era por teléfono y al salir Manuela del hospital, comenzaron a salir como novios, hasta que se casaron muy enamorados, pocos meses más tarde.